La Gendarmería Nacional no ha realizado ni el 1% de su trabajo: ASF
Se suponía que serían las fuerzas de élite para combatir a la inseguridad en las zonas más complicadas del mapa nacional. Los gendarmes posaron por diversas carreteras y pueblos de México con sus uniformes nuevos, sus armas tremendamente largas y sus vehículos blindados con costos millonarios. A pesar del impacto y lo prometido, no han destacado en absoluto.
Un informe de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) señala que la promesa inicial del presidente Enrique Peña y el secretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos Zepeda, de crear una fuerza élite para combatir la violencia en zonas riesgosas del país no ha aportado ni el 1% de lo pactado en un inicio. De los 10 mil supuestos operativos que esta policía especializada generaría en el territorio nacional, tan solo se han utilizado en 75 ocasiones: es decir, 0.8% de efectividad.
Esta policía precisa y con mayor control, según mencionó el presidente mexicano en 2014, iba a sustituir las labores de las policías municipales en casos de extrema alerta para la seguridad de ciertos estados del país. “Los 5 mil integrantes de la división de Gendarmería tienen la misma escala de grados, sueldos y prestaciones que sus 36 mil compañeros de la Policía Federal. En ese orden, sus valores son iguales: himno, sacrificio, lealtad, disciplina, honor, dignidad, y autoridad”, señala la propia Gendarmería.
En un intento por generar una policía honesta y transparente, enfocada en su efectividad y poder armamentístico, la Gendarmería Nacional quedó prácticamente en desuso. Sus obligaciones no fueron aprovechadas al nivel esperado y esto se debe en gran parte a que la mayoría de sus elementos no pasaron las pruebas de confianza.
El 81% de los gendarmes evaluados no pasó la prueba y tan solo el 16% cumplió con todos los requisitos para formar parte de esta élite de protección a los ciudadanos en zonas de conflicto. Así que el esquema de confianza y honestidad no resultó innovador en este grupo policiaco. La idea principal del poder ejecutivo era la de «fortalecer la presencia institucional del Estado a través de la división de Gendarmería de la Policía Federal».
Y sucedió muy poco. A pesar de su poca efectividad y participación dentro de la impartición de justicia en México, la Gendarmería sí recibió recursos vastos como si estuviera en activo en todo momento. Para el primer año de la creación de este grupo, recibieron más de 2,842 millones de pesos. Este total se usó tan solo en 75 operativos de mil programados.
“Los aspectos reportados fueron imprecisos e insuficientes para determinar el cumplimiento de los objetivos y metas del programa presupuestario”, dijo la ASF en una investigación profunda a este grupo. Argumentando que es imposible medir si su acción ha ayudado a prevenir el delito en México, ya que ha sido tan poca su actividad y tan poca clara su injerencia en los conflictos en los que participaron, como para asegurar que han funcionado correctamente.
La inacción de esta Gendarmería se exhibe justo cuando el presidente Enrique Peña ha acusado a la sociedad mexicana de atacar a las instituciones policiacas del país, haciéndoles “bullying” e intentando degradar sus funciones. En sus más recientes declaraciones sobre el tema de la inseguridad en México, el mandatario mexiquense ha aceptado que su gobierno no ha podido combatir al crimen, pero no comentó en absoluto la poca participación de su policía especializada. Tampoco comentó cómo es que se ha distribuido tanto dinero en una Gendarmería que prácticamente no ha trabajado en los tres años que tiene de vida.