Tecnología usada en Bitcoin podría salvar a Pemex del huachicoleo
En el sexenio de Vicente Fox Pemex recibió una oferta que rechazó: implementar un peculiar procedimiento para evitar el huachicoleo: se trataba de marcar la gasolina con un agente químico para que el combustible ilegal cambiara de color y fuera detectable. Una solución técnica que habría funcionado en aquel momento, cuando las tomas clandestinas eran mínimas y los grupos criminales no habían contaminado las entrañas de Pemex.
Luego de más de una década de finalizado el sexenio de Fox el mundo y la tecnología han cambiado, y el Gobierno encabezado por López Obrador tiene en la mesa otra opción para combatir el huachicol que recuerda el procedimiento de “pintar” la gasolina, pero esta vez recurre a la tecnología de seguridad de las criptomonedas.
La recomendación de ciertos expertos a Pemex es la tecnología de trazabilidad, hoy conocida como blockchain o cadena de bloques, ya utilizada en el mundo de las criptomonedas como bitcoin y que comienza a tener más seguidores en distintas empresas y gobiernos de todo el mundo.
“Blockchain, a nivel mundial, es justamente una solución para tener la trazabilidad de distintos productos, tales como la gasolina; serviría como un método para verificar que no se afecte ni en calidad ni cantidad del combustible”, señaló Héctor Rocha, socio de EY y líder adjunto para el sector energético.
Rocha explicó que con estos sistemas encriptados se puede ir monitoreando el movimiento del producto desde que sale de la refinería, llega a las terminales de almacenamiento, cruza la ‘última milla’ en pipas, llega a las estaciones de servicio y se despacha al consumidor.
“Cuando sale un litro de gasolina del punto A se registra inmediatamente en la parte de blockchain, se le hace un digital token, que es como un gemelo digital y cada vez que ese litro de gasolina va pasando a través de la cadena de valor se va registrando”, explicó.
¿Qué es una Cadena de Bloques?
El inicio de la implementación de la cadena de bloques se encuentra en el mundo financiero, en el que se necesitaba un sistema nuevo y seguro para no ocupar el sistema financiero de los bancos.
¿Qué es entonces la cadena de bloques? un gigantesco libro de cuentas en los que los registros (los bloques) están enlazados y cifrados para proteger la seguridad y privacidad de las transacciones y/o productos.
Es, en otras palabras, una base de datos distribuida y segura (gracias al cifrado) que se puede aplicar a todo tipo de transacciones, productos y servicios.
Esa cadena de bloques tiene un requisito importante: debe haber varios usuarios (nodos) que se encarguen de verificar esas transacciones para validarlas y que así el bloque correspondiente a esa transacción, producto o servicio se registre en ese gigantesco libro de cuentas.
Este modelo implementado al combustible permitiría volver un “bloque” cada litro de producto refinado e importado por Pemex, lo que facilitaría la ubicación inmediata del producto, además de que para mover el combustible se necesitaría la validación de todos los “usuarios” implicados en la movilización del combustible.
“Con blockchain se podría saber hasta en qué estación de servicio llega el litro que entra por la frontera e incluso en qué bomba fue despachado. Suena exagerado pero sí se puede hacer por control de lotes de producción”, comentó Óscar Sosa, director de mercadotecnia de Katun, una empresa dedicada a ofrecer plataformas de blokchain para soluciones de gobierno o negocio.
Áreas de aplicación
Esta novedosa tecnología se comienza a pensar para los servicios públicos, que podrían presumir así de una transparencia absoluta.
Las áreas de actividad son múltiples: desde la gestión de licencias, transacciones, eventos, movimiento de recursos y pagos, gestión de propiedades hasta la gestión de identidades.
Como en el caso de lo que algunos proponen para los números de la seguridad social en Estados Unidos, para cambiarlo a un sistema basado en la cadena de bloques.