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CDMX, la capital de los centros comerciales

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La década de los años dos mil marcó a la Ciudad de México como una urbe en constante movimiento; evolución que se dio mediante el desarrollo de infraestructura como ejes viales y centros comerciales, siendo estos últimos los que invadieron la capital del país, al construirse 108 durante los últimos 12 años.

A propósito del derrumbe de la plaza Artz Pedregal ocurrido el pasado 12 de julio, un reportaje del portal Aristegui Online destapó el boom que la construcción de plazas comerciales ha vivido la Ciudad de México durante tres administraciones.

Mediante una investigación apoyada por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), la publicación reveló detalles sobre la construcción de algunos centros comerciales, que han modificado el paisaje cotidiano de la ciudad.

Sin embargo, el costo no ha sido tan fácil de pagar, pues a decir de la publicación en muchos de los casos existen irregularidades en cuanto al terreno y la obra, los cuales afectan a los vecinos de las zonas, al construirse bajo la lógica de la oferta y la demanda.

12 años de boom

La publicación dio a conocer que, de 2006 a la fecha, en 13 de las 16 alcaldías de la ciudad se construyeron nuevos centros comerciales, siendo Iztapalapa, Cuajimalpa y Álvaro Obregón, las que oscilaron con cifras entre 15 y 20 nuevas edificaciones cada una.

En contraste, lugares como Milpa Alta, Tláhuac y Venustiano Carranza se han mantenido al margen de la construcción de estos complejos, evitando problemas como reducción de la movilidad y desabasto de agua, que las plazas comerciales han ocasionado en otras zonas.

Pese a que en la capital del país, pululan “parques”, “vías”, “terrazas”, “oasis” o cualquier otro tipo de apelativo con el cual se denomina a los espacios comerciales, éstos han atraído graves problemas ecológicos al paisaje urbano; daños que en su mayoría se han disfrazado por espacios lumínicos, atractivos a la vista.

Fue así que poco a poco, espacios como Parque Delta, Parque Lindavista, Oasis Coyoacán, Vía Vallejo, Plaza Antara y la recién inaugurada Plaza Manacar fueron apoderándose del paisaje y llenando de ilusión a sus visitantes con su impresionante arquitectura.

De acuerdo con la investigación del citado medio, la invasión de estos edificios fue responsabilidad de los últimos tres Jefes de Gobierno de la Ciudad de México, al igual que los últimos cinco jefes delegacionales en cada una de las 13 localidades donde se construyeron estas plazas.

Los nuevos espacios públicos

Otra cosa importante a destacar es que esta nueva oleada de edificaciones son en su mayoría plazas pequeñas y medianas, con dimensiones entre 5 a 20 mil metros cuadrados de construcción, enclavadas en colonias de clase media o populares.

Tal es el caso de la alcaldía de Iztapalapa, que antiguamente era considerada como de ingresos bajos y clase popular; sin embargo, la inversión en centros comerciales reveló que esta localidad tiene un gran empuje económico, debido al comercio informal y a centros como la Central de Abastos.

Así Grupo Danhos, principal constructor de plazas comerciales en el país, construyó Parque Tezontle como una de las primeras ofertas comerciales de la demarcación, que a ocho años de su funcionamiento se consolidó como la primera de muchas plazas modernas que se han abierto en la demarcación.

De acuerdo con el artículo, la tienda comercial Sam’s Club de Iztapalapa -misma que está junto al complejo- durante muchos años fue la que más pantallas planas vendió en todo el país.

En entrevista para Aristegui Online, Bernardo Baranda, director en México del Institute for Transportation and Development Policy, (ITDP) por sus siglas en inglés, aseguró que estos pequeños centros comerciales se han convertido en los nuevos espacios públicos en la Ciudad de México.

Esto debido a la seguridad y confort que proveen a sus visitantes, a diferencia de parques públicos y lugares abiertos, donde los ciudadanos se encuentran más expuestos a la delincuencia y a las inclemencias del tiempo.

Debemos reconocer que nuestra Ciudad tuvo una mala planeación y eso ha implicado, junto a otros problemas como la inseguridad, que ahora las personas pasen más tiempo en plazas y centros comerciales que en espacios públicos. Esa es una realidad: las plazas representan espacios seguros y limpios para las familias, cuando ese papel lo deberían tener los parques, plazas públicas y demás espacios”, explicó el especialista.

Según Baranda, es importante contrastar que a diferencia de la inversión privada, el espacio público y gratuito no ha tenido evolución durante los últimos tres sexenios en la Ciudad de México, pues tan sólo se han edificado dos parques: el Parque Bicentenario, construido en los viejos terrenos de la Refinería 18 de Marzo, en Miguel Hidalgo y La Mexicana en Santa Fe.

Lee el reportaje completo en Aristegui Online


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