Ciudadanos belgas, entre ellos una mexicana, se organizan para recibir inmigrantes
La crisis de inmigración que se vive en Europa ha obligado a ciudadanos en Bélgica a organizarse para recibir en sus domicilios a inmigrantes que buscan asilo en este país; para sirios, marroquíes y sudaneses que huyen de sus países de origen por conflictos bélicos, ésta representa una de las pocas oportunidades que tienen de ser recibidos en un país extranjero.
Y es que las políticas de Bélgica, a diferencia de otros países como Francia, por ejemplo, tienen un elemento jurídico que permite a ciudadanos recibir a indocumentados bajo el principio de “Excepción humanitaria”; es decir, si un ciudadano belga acoge en su hogar a un sirio sin papeles por un pulso humano, el estado no puede castigarlos.
“La ley dice que el motivo debe ser principalmente humanitario. Puede existir incluso intercambio de dinero o de servicios. Alojar a una persona sin papeles no es un delito. No está prohibido. Rentar un departamento tampoco, si la renta no es desproporcionada”, explica Alexis Deswaef, presidente de la Liga de los Derechos Humanos, entrevistado para la televisión; la cita la recupera el semanario Proceso.
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De este modo, los ciudadanos de este país han organizado brigadas de distribución y alojamiento para inmigrantes, a través de la Plataforma Ciudadana de Apoyo a los Refugiados que cuenta con página web y redes sociales. En esta plataforma, los miembros se mantienen en comunicación para hacerse saber en dónde pueden recoger a un refugiado y a dónde pueden llevarlo.
El portavoz de la Plataforma, de nombre Mehdi Kassou, otrora productor de televisión, explica que el punto de encuentro es generalmente un parque central de nombre Maximilien: “ahí se concentran, y ahí los recogemos para llevarlos al hogar de quien vaya a acogerlos. Hay familias que alojan refugiados no sólo en Bruselas, también en Lieja, Andenne, Gante, Amberes, Mons, Soignies, de todas partes de Bélgica”.
Hay un dato interesante: el 70% de quienes reciben a los refugiados son mujeres cuyos hijos ya han dejado sus hogares, y por ello tienen recamaras vacías; los hombres que reciben refugiados, en su mayoría, fueron convencidos por su pareja. Una de estas mujeres es una mexicana originaria de Veracruz, que tiene ocho años viviendo en Bélgica. Su nombre es Paulina.
Al igual que las demás mujeres, tuvo que trabajar para convencer a sus inquilinos de que podían alojar a algún refugiado en el cuarto de lavadoras del edificio. Al principio encontró mucha resistencia: los vecinos tenían miedo de recibir a un desconocido potencialmente peligroso, pero ello no frenó a Paulina. Junto con su novio belga ofreció en primera instancia su auto para trasladar a los refugiados.
“No podía quedarme sin hacer nada, ser inmune a todo lo que estaba pasando. La Plataforma en ese sentido se convirtió en una muy buena herramienta. Ahí, por ejemplo, una persona pone a disposición su vivienda para alojar a dos personas, pero no puede recogerlos. Entonces la Plataforma publica un mensaje con la información, y terceros, como nosotros, nos ocupamos del traslado. Ya es cosa nuestra determinar cuántos viajes y a cuántas personas podemos trasladar”, explica la veracruzana que ha dispuesto su agenda para mover una vez por semana al menos a un par de refugiados.
Entrevistada por Proceso, ella explica que han llevado a jóvenes, hombres, mujeres, y que cada viaje es una experiencia, pues los refugiados comparten muchas cosas de sí mismos y tienen diferentes personalidades.
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“Hay migrantes que son muy lindos, que te platican un poco de su vida, desde cuándo están aquí, su edad, del país que dejaron. Hay otros que son más callados o aquellos que te hacen bromas. Al llegar a su destino platicamos con quienes los acogen. Así es como tejes lazos sociales que sin la Plataforma no existirían, no sólo con los migrantes sino con otros habitantes de la ciudad”, relata.
Después de que los vecinos vieron el trabajo de Paulina, reflexionaron y decidieron remodelar el cuarto de lavadoras de su edificio, para adaptarlo como habitación. ahora reciben ahí a inmigrantes de Sudán, de Marruecos, de Siria. Paulina y otros vecinos se ocupan además de canalizarlos con las instancias jurídicas que les brindarían el asilo político.
La Plataforma, fundada en 2015, tiene más de 5000 seguidores en Facebook y unos 39 mil adherentes, de tal modo que se ha convertido en un verdadero nodo ciudadano. La situación migratoria, por otro lado, sigue en una crisis aguda. Recientemente, la prensa internacional difundió que el Ministro de Migración belga, Theo Francken, había publicado un mensaje discriminatorio en su cuenta de Twitter.
Con motivo de la celebración de semana de pascua, el ministro publicó que su país había recibido 903 inmigrantes sirios cristianos. El mandatario fue criticado por favorecer solamente a los cristianos y no a los otros inmigrantes, musulmanes por ejemplo. Theo Francken es miembro del partido de extrema derecha New Flemish Alliance, y ha sido criticado en numerosas ocasiones por sus posturas antimigratorias.