A Peña le queda un año para cumplir con 106 promesas de campaña
Tenía seis años de presidencia para cumplir con 266 promesas de campaña. El tiempo se iba entre viajes al extranjero, escándalos de corrupción y giras de trabajo. A Enrique Peña, actual presidente de México, le queda un año para cumplir con todas las promesas con la que inició su mandato.
Tiene hasta el 30 de noviembre de 2018 para solucionar prácticamente la mitad de los acuerdos que firmó ante notario, mientras la banda presidencial atravesaba su pecho. Del total de promesas, a Peña se le olvidó distribuir el tiempo para completarlas todas. En doce meses tendrá que solucionar 106 compromisos con la sociedad mexicana. La presidencia de la república no ha temblado al declarar que sí, que para el próximo año estarán saldadas todas.
Desde que inició su polémica campaña para buscar la silla presidencial, Peña empezó a sumar promesas en cada punto del país que recorría. Por lo que el mapa nacional le hizo jurar que serían casi 300 las acciones que habría de solucionar durante su sexenio. “Se tiene previsto cumplirlos durante el actual periodo del poder ejecutivo federal, mismo que concluye el 30 de noviembre de 2018”, asegura su equipo de trabajo. ¿Podrá lograrlo?
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De querer realmente cumplir con esta meta, el gobierno peñista debe meterle quinta velocidad a todo el proceso. Entre las promesas que el mexiquense debe a los mexicanos está “la creación de una comisión de combate a la corrupción, la construcción de carreteras, hospitales, sistemas de transporte local hasta garantizar la paz en ciudades donde en los últimos años el índice de delitos se incrementó como Guerrero y Veracruz”, señala la investigación a fondo del medio SinEmbargo.
Todo esto, obviamente, tomará más de un año para desarrollarse. Incluso muchas de las construcciones serían inauguradas, pero su conclusión se daría durante el siguiente sexenio. Por lo que el cumplimiento total de las promesas de campañas de Peña, firmadas ante notario, difícilmente se llevará a cabo.
“En Yucatán está pendiente la construcción y equipamiento de 10 centros integrales de seguridad en las principales ciudades del estado como Tizimín, Tekax, Mazcanú y Mérida”, señala la investigación. Tan solo en un estado del país recaen decenas de promesas. Además, para cumplir con la cuota inicial, se deberán concluir con treinta proyectos carreteros, al menos diez proyectos educativos y 16 proyectos ligados al sector salud.
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Las promesas más difíciles de cumplir son las que se mantienen intactas. Muchas de ellas están relacionadas con garantizar seguridad en zonas sumidas en la violencia de las organizaciones criminales. Por lo que no se ve claramente cómo es que se solucionarán problemas tan complejos en cosa de unos meses.
Parece que el equipo de trabajo del presidente pretende tener la cuota completa antes de que termine 2018. El gobierno de Peña Nieto en sus primeros 18 meses de gestión cumplió con el 4.5% de sus compromisos, a los 24 meses llevaba 4.8%; a los 3 años de gobierno llegó al 10.52% de compromisos cumplidos. De 2015 a la fecha se aceleró el proceso de entrega hasta llegar al saldo actual que rebasa el 50%.
La gran traba para llevarlos a cabo serían los elementos que no contempló el hombre de Atlacomulco al momento de firmar el compromiso. Entre masacres a estudiantes, escándalos de corrupción y los recientes desastres nacionales, el presupuesto nacional quedó comprometido, sobre todo por este último tema. Así es que el presupuesto del 2018, lleno de recortes, no muestra oportunidad alguna para solucionar financieramente las promesas restantes.
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Y es que entre ajustes presupuestales, recortes al gasto público y el dinero ya destinado a las elecciones presidenciales del próximo año, muy poco billete estará destinado a que el presidente abandone la residencia oficial de Los Pinos con todos el papeleo en orden.
Incluso muchas de las promesas de campaña de Peña Nieto hoy son un simple recuerdo. Lo que sucede es que durante el sexenio priísta han cambiado muchas cosas y lo que parecía ser una buena idea, rápidamente ha quedado clausurado. Esto pasó con las grandes promesas que en su momento emocionaron al país como el tren de alta velocidad de México-Querétaro y el tren transpeninsular que iría de Yucatán a Quintana Roo. Ambos están completamente clausurados.
Según estimaciones, a Peña le harían falta otros diez años de mandato para poder solucionar completamente su lista de promesas. Debido a que el tiempo se acaba y doce meses pasando volando en cuestiones presidenciales, la meta no se cumplirá a pesar de que la presidencia opine lo contrario.
Mira toda la investigación de SinEmbargo para revisar más sobre este tema.