México está diseñado para engordar a tus hijos
México se ha convertido en una fábrica de obesidad infantil, incluso existen datos alarmantes que comprueban esta terrible realidad nacional.
Tres de cada diez menores en edad preescolar son obesos, lo que aumenta su probabilidad de padecer enfermedades crónico degenerativas en la edad adulta.
A pesar de los datos el gobierno mexicano no ve la obesidad como un problema de salud pública, sino un problema de malas costumbres y decisiones personales y familiares.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del 2016 revela y estima que para 2030 el 40% de los mexicanos será obeso, una verdadera epidemia.
Los niños con más fortuna tienen un desayuno típico mexicano: chilaquiles, huevos, frijoles, pan y café con leche y azúcar. Este desayuno les brinda más de la mitad de calorías necesarias en un día pero con escasos nutrientes.
La organización “El poder del consumidor” revela que en México se vive un ambiente obesogénico, es decir que lo más sencillo y disponible son los alimentos y bebidas no saludable.
Estrategias fallidas
En el año 2013 el gobierno de Enrique Peña Nieto presentó la estrategia para la intervención y el control del sobrepeso la obesidad y la diabetes.
En dicha estrategia según cifras del pasado sexenio el plan demandó una inversión de 147 millones de pesos, esto entre 2014 y 2018.
Aunque en 2014 se emitió una ley para que no se pudiera vender frituras y gaseosas en las escuelas tanto públicas como privadas en todos los niveles, esto sigue pasando.
Aunado a esto se sabe que México es el país en el continente americano que consume más litros de refresco por persona: 163 litros contra los 118 de Estados Unidos.
El gobierno de Enrique Peña Nieto intentó disminuir estas cifras, sin embargo, igualmente fracasó rotundamente.
Se intentó implementar el programa Nacional de bebederos, que previó instalar entre 2015 y 2018 unos 27,000 dispensadores de agua en escuelas públicas, con un presupuesto de 3,455 millones de pesos.
Al final sólo se colocaron poco más de la mitad, es decir 16,344 bebederos, de los cuales no todos funcionan.
Con estos alarmantes datos la pregunta de la opinión pública es si el Gobierno de la Cuarta Transformación será lo suficientemente eficaz para evitar tener un país de obesos.