Medicamentos de los mexicanos en manos de tres empresas
El oligopolio que han establecido las tres comercializadoras de fármacos más grandes del país—Fármacos Nacionales, Marzam y Nadro— provocó el incremento del precio de los medicamentos en más de 40% en los últimos años.
De acuerdo con la columna Sobremesa, estas empresas tienen contratos firmados con los laboratorios de medicamentos genéricos y de patente para la distribución en todo el país, estableciendo qué farmacia surte cada quien y los precios para cada uno de los fármacos.
Además, reparten cerca de dos millones de productos diariamente en 25 mil de las 30 mil farmacias que hay en territorio mexicano.
Esto los convierte en las tres empresas más poderosas en materia de salud, pues controlan 80% del mercado de comercialización mexicano, pese a que el gobierno prohibe que las empresas monopolicen este tipo de actividades, a fin de mantener la competencia y los precios bajos para los consumidores.
La Unión Nacional Interdisciplinaria de Farmacias, Clínicas y Consultorios (Unifacc) dijo a la revista Expansión, en enero pasado, que los precios de los medicamentos aumentaron dos veces el año pasado. La organización explicó que tanto Nadro como Mazram argumentaron que el incremento de los precios en la gasolina y el diésel tuvieron un impacto en el costo final a las farmacias.
No obstante, la escalada de precios de estos productos del 40% no es solo del 2017, sino que ya tiene tres años subiendo; mientras que la inflación no supera ni el 18%.
En cambio, las utilidades de estas empresas pasaron de 2% a 8% en el mismo lapso.
Analistas aseguraron que la desaparición de Casa Saba y Proveedora de Medicamentos en el mercado permitieron el crecimiento de estas dos empresas en los últimos años, hasta controlar casi todo el mercado.
¿Quiénes está detrás de las empresas?
Pablo Escandón Cusi es el dueño de Nadro, una empresa fundada en 1943 por su padre, Eustaquio Escandón. La empresa ha crecido hasta acaparar el 30% de la distribución del mercado farmacéutico en México.
Escandón Cusi es miembro del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, del Instituto Nacional de Medicina Genómica, y de la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud), misma que dirigido hasta el año pasado y que se ha caracterizado por presentar las iniciativas de la industria privada al sector de salud gubernamental.
El empresario y la distribuidora estuvieron en el escrutinio público en los últimos días, debido a la revisión del caso de un presunto control del mercado con la compra de su homologa Mazram, y la resolución de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) sobre el tema.
En 2015, Genomma Lab anunció la venta de Mazram al fondo de inversión holandés Moench Coöperatief, una empresa que opera como offshore y de la que no hay mucha información.
Sin embargo, en 2016 la investigación periodística de los Panama Papers dio a conocer que en la compra estaba involucrada Marina Matarazzo, esposa de Escandón Cusi quien pudo haber comprado Mazram.
Con esta compra, la familia controlaría 50% de la distribución de medicamentos en México.
La investigación llamó la atención de la Cofece, quien de inmediato abrió un expediente para averiguar la compra y garantizar que la adquisición de esta empresa no fuera afectar la competencia en el mercado.
Y es que la compra de Marzam por parte de la familia Escandón habría aumentado a 47% su participación en el mercado de la distribución de medicamentos.
Desde 2016, la dependencia gubernamental estuvo investigando la compra. Sin embargo, la semana pasada dicha investigación dio un giro inesperado: la Cofece decidió cerrar el expediente por concertación ilícita.
A través de un comunicado, la dependencia ordenó al fondo holandés que cumplieran una serie de acuerdos para restaurar el proceso de competencia en el mercado de distribución y comercialización.
De no hacerlo, las empresas podrían ser multados con montos equivalentes al 8% de sus ingresos, señaló la dependencia.
Pese a esto, Nadro emitió un boletín de prensa en el que negó categóricamente estar involucrado en la compra de Marzam y aseguró que la investigación estuvo basada en notas periodísticas.
No obstante, la titular de la Cofece, Alejandra Palacios, aseguró que la investigación fue para garantizar que la compra de Marzam no causaría un conflicto al concentrar una sola familia el control de dos empresas dedicadas a lo mismo.
La compra de Marzam por parte de Nadro hubiera igualado su participación a la de Farmacias Especializadas—quien es el mayor distribuidor de fármacos en el país.
Esta empresa concentra la mitad del mercado mexicano y ha sido una de las mayores beneficiadas en la administración de Enrique Peña Nieto.
El dueño de la compañía es José Antonio Pérez Pérez y ha ganado al menos dos mil contratos gubernamentales, la mayoría obtenidos a través de adjudicaciones directas.
El hombre ha trabajado en la industria farmacéutica; fue empleado en Bristol Mayer, y posteriormente trabajó en el Instituto Mexicano del Seguro Social, a quien hoy le surte la mayoría de sus medicamentos.ç
Pérez Pérez fundó Fármacos Especializados junto con su esposa, Ambra Fayad Said, en 1984, y desde entonces ha sido una de las empresas que más ha crecido, al amparo de los gobiernos.