Peña Nieto y su familia viajan en jet de súper lujo, propiedad de Hinojosa Cantú
La familia Peña Nieto viaja en un jet de súper lujo propiedad de Eolo Plus, una empresa aeronáutica que posee Juan Armando Hinojosa Cantú. Según ha dado cuenta un reportaje del semanario Proceso, la madre del presidente Enrique Peña Nieto, su esposa, sus hijas (y hasta los novios de sus hijas), su hermana y su cuñado han utilizado los servicios de Eolo Plus, empresa que soborna autoridades migratorias, y que ha crecido gracias a sus contratos con el PRI.
De hecho, Juan Armando Hinojosa Cantú ha sido uno de los empresarios más beneficiados a lo largo de todo el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto. Tamaulipeco de origen, Hinojosa Cantú no sólo financió y construyó la famosa Casa Blanca de Peña, sino que recibió por él, desde el Estado de México, y después en la presidencia, contratos para obras públicas por más de 22 mil millones de pesos.
Eolo Plus también se creó y se expandió gracias a esta cercanía con el poder. Eolo, según da cuenta Proceso, se creó el 14 de mayo de 2006, sólo unos cuantos meses después de que Peña tomara posesión como gobernador del Estado de México.
La familia de Peña Nieto, a bordo del “jet de la corrupción” / un reportaje de Mathieu Tourliere https://t.co/JW466KGYFo
— Proceso (@revistaproceso) May 29, 2018
Antes de esa fecha, Hinojosa Cantú no tenía activos ni historial en materia de aviación. Hacia 2009, cuando obtuvo su primer contrato con el partido en el poder, sus oficinas se ubicaban en un tercer piso de un edificio muy cercano al zócalo de Toluca. Al finalizar la administración de Peña en el estado, Cantú ya poseía uno de los hangares más grandes e importantes de todo el Aeropuerto Internacional de Toluca (AIT). Desde ahí, y desde entonces, Hinojosa Cantú opera tres compañías aeronáuticas: Eolo Plus, Aerolíneas Primordiales y Operadora Mexiquense.
El avión que ha usado Peña como transporte privado, y su familia nuclear y política, desde que fuera gobernador y desde que es presidente, es un jet modelo Falcon 50 EX, construido en 2001 por Dassault, y que posee autonomía para vuelos trasatlánticos. Su matrícula es XA-UVS, y se identifica en hangares como el “Unión Víctor Sierra”.
Hasta abril de 2015, no obstante, el Unión Víctor Sierra tenía otra matrícula: XA-PRR, que Peña utilizó en numerosas ocasiones cuando fue gobernador, y cuando era candidato a la presidencia. Según Proceso, en ése y en otro avión matrícula XA-OHS, Peña voló 167 veces entre el 2010 y febrero de 2012, en la víspera de las elecciones. 31 de todas esas ocasiones viajó a Miami, en donde su mujer, Angélica Rivera, tiene un departamento.
Los exsecretarios de Hacienda Luis Videgaray y Pedro Aspe Armella también viajaron en el XA-PRR, entre enero de 2013 y abril de 2015, respectivamente, después de esa fecha, el PRR se convirtió en el Unión Víctor Sierra, que identifican en el hangar como “el avión político”.
La aeronave está registrada a nombre de la compañía Aerolíneas Primordiales, que Hinojosa Cantú compró en 2011 a Mario Vázquez Raña, entonces dueño de la famosa Organización Editorial Mexicana (OEM).
“Según actas de la empresa consultadas en el Registro Público del Comercio, Eolo Plus compró todas sus acciones a OEM y el empresario tamaulipeco compró las 240 restantes a Paquita Ramos de Vázquez Raña, la presidenta actual de la OEM”. De todo esto da cuenta Proceso es su reportaje titulado: La familia de Peña Nieto a bordo del jet de la corrupción.
Y es que, el pasado tres de agosto, el Unión Víctor Sierra salió de su hangar en Toluca para trasladarse al Aeropuerto de la Ciudad de México, para que lo abordaran Socorro Nieto, madre de Enrique Peña; Ana Cecilia Peña, su hermana; el esposo de ésta, Felipe Casahonda Cortés y sus dos hijas. Su destino fue Cozumel. Ahí bajó la familia presidencial, y el XA-UVS regresó inmediatamente a CDMX, en donde esperó hasta el 5 de agosto. Después voló vacío hasta Los Ángeles.
En Los Ángeles, lo abordaron después de la media noche: Angélica Rivera y sus tres hijas que tuvo con Alberto Castro: Sofía, Fernanda y Regina Castro, junto con Sebastián Pereyra, novio de Fernanda. Su destino fue la base militar de La Cuesta, en Guerrero, a donde llegaron alrededor de las 4.15 de la mañana.
Ahí, Eolo Plus pagó propinas y sobornos al Instituto Nacional de Migración (INM), y a las aduanas, para que el paso a tierra mexicana de A. Rivera y compañía se diera de forma expedita. Proceso ha consultado las facturas de Eolo Plus, y afirma que: “el pago de sobornos, a los que se refieren como “gratificaciones” o “propinas”, es una práctica común en la empresa de Hinojosa Cantú”.
Si bien esas gratificaciones y propinas son un monto mínimo comparado con el costo del vuelo (alcanzan el millar de pesos, a veces menos) “esas gratificaciones se pagan en cada viaje internacional que “despacha” Eolo Plus” y sirven para “reducir el tiempo y la intensidad de las revisiones de los agentes del INM, la PF y el Servicio de Administración Tributaria”.
Cantú, el consentido de PRI
La parte importante de la historia reside en todos los beneficios que ha recibido Cantú dela mano de Peña, como se dijo, desde el estado y después desde Los Pinos. El escándalo de la Casa Blanca de Peña, que reveló una red de conflicto de intereses que causó la cancelación del Tren rápido México Querétaro.
La familia presidencial estaba viajando en el Unión Víctor Sierra sólo un año después de ese suceso; Cantú, además, estuvo fuertemente involucrado en la red corrupta de los Panamá Papers: habría construido una red de empresas fantasma para gestionar al menos 100 millones de dólares que tenía depositados en diferentes cuentas bancarias.
Eolo Plus, por otro lado, se convirtió en la empresa proveedora de vuelos ejecutivos del gobierno federal número uno, y consolidó contratos por más de 67 millones de pesos, sólo en la primera mitad del sexenio; fue uno de los beneficiarios en el esquema de desvíos de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu): fueron 10 millones de pesos en contratos. También, su primo Rolando Cantú Barragán, mantiene cuentas pendientes en la construcción del NAICM: ha cobrado al menos 6 millones de pesos por obras que no ha ejecutado en su totalidad.