México perdió 77 millones de dólares del Fonden en el pago de bonos catastróficos
Hace una docena de años la Secretaría de Hacienda inició un plan, tener un bono catastrófico para proteger al país en caso de huracanes o terremotos. En teoría, este bono permitiría la rápida y eficaz reconstrucción de México en caso de necesitarlo. Sin embargo, según la investigación realizada por Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), Proceso y Quinto Elemento Lab, el gobierno en realidad ha perdido 77 millones de dólares de recursos públicos en el pago de estos bonos.
Por ejemplo, en el caso del terremoto que golpeó al país el 19 de septiembre del 2017, el cual tuvo una magnitud de 7.1 grados. La destrucción fue tan grande que reconstruir al país costará 48 mil millones de pesos, es decir 2 mil 600 millones de dólares. Hubo más de 180 mil viviendas destruidas, así como escuelas, negocios y edificios del patrimonio histórico de México afectados.
Días antes, José Antonio Meade, secretario de Hacienda en ese momento, había anunciado que se contaba con un bono catastrófico que ayudaría en ese tipo de eventos. El bono había sido de ayuda para el sismo del 7 de septiembre de 2017, que devastó a Oaxaca y a Chiapas. Meade declaró que el bono: «nos permite enfrentar la contingencia con salud de finanzas públicas, pero sobre todo con agilidad…».
Sin embargo, en el terremoto del 19 de septiembre, el caso fue distinto. México no pudo cobrar ni un peso de dicho bono. Primero, porque el contrato establecía que solo se cobraría el dinero si el sismo tenía una magnitud mayor a los 7.5 grados. Además, ya se había pagado por el sismo anterior, por lo que no se iba a dar más dinero, ya que está estipulado que los inversionistas no pagan dos veces en un mismo periodo.
El modelo paramétrico no funciona
Desde su contratación en el 2006, México no ha recibido el dinero del bono catastrófico en casi ninguno de sus desastres naturales. Según esta investigación, las cuentas arrojan que el gobierno mexicano ha pagado 277 millones de dólares en su contratación y ha recibido a cambio 200 millones de dólares. La prima de estos seguros se paga del Fondo Nacional de Desastres Naturales, el cual tiene justo el objetivo de ayudar y reconstruir en caso de catástrofes naturales. Aunque la Auditoría Superior de la Federación avisó a las autoridades de la falta de lógica de esta inversión, la Secretaría de Hacienda no hizo ningún caso.
El bono catastrófico de México tiene cobertura por magnitud y no por daños, es decir, no importa qué tanta destrucción haya en una ciudad, el gobierno de México no recibirá nada a cambio si el evento natural no cumple con las condiciones del contrato. En el caso de los terremotos, la magnitud debe ser de 7.5 ó 7.9 (dependiendo de su ubicación), mientras que los huracanes deben ser de categorías 4 ó 5. Este bono es uno de los pocos en el mundo en el que no se toman en cuenta los daños, solo la magnitud. Actualmente sólo 4.9 por ciento de los bonos en el mundo siguen este modelo.
Desde su contratación, México solo ha cobrado el bono dos veces, sin embargo ha enfrentado decenas de desastres naturales, entre terremotos y huracanes. Por ejemplo, en el 2007, en la Gran Inundación de Tabasco, la cual afectó a mil 500 comunidades, dejó a más de 1.2 millones de familias en la calle y daños por más 2 mil 918 millones de dólares, el país no pudo cobrar ni un peso. La razón: cuando se contrató el seguro no se incluyeron huracanes, tormentas ni ningún fenómeno meteorológico. El primer bono costó 30 millones de dólares pero no se recibió nada a cambio.
No recibe ni un peso por los daños
Se reconoció que este había sido un primer experimento, aunque se había perdido el pago de la prima, Agustín Carstens, exsecretario de Hacienda, insistió en que se contratara un segundo bono donde se incluyeran huracanes para el trienio 2009 – 2012, el costo fue de 110 millones de dólares. En el 2010, México tuvo diversas tormentas y huracanes que dejaron un daño total de 7 mil 380 millones de dólares, pero de nuevo no se recibió ningún peso de vuelta debido a que el plan de cobertura diseñado por Hacienda no cubría ninguna de las zonas afectadas.
Desde ese entonces se criticó el modelo que México utilizaba para catástrofes, el paramétrico, el cual solo mide la magnitud, en vez de uno que tome en cuenta los daños causados. Por ejemplo, Carlos Valdés, director del Cenapred, recomendó a Hacienda que se hiciera el cambio en este modelo. En 2014, la Auditoría Superior de la Federación informó que este modelo no era conveniente: «las coberturas contratadas mediante el bono catastrófico no han sido acordes para los desastres naturales que han ocurrido en los últimos años en el país«. Sin embargo, Hacienda sigue sin hacer caso.
Gobiernos mexicanos han apostado con inversionistas sobre catástrofes perdiendo dinero del @fonden_mx el cual es pagado con nuestros recursos públicos. Investigación de @MCCI, @revistaproceso @quintoelab y @UniNoticias https://t.co/n7d9vuYjDS pic.twitter.com/SYPNcqXXhE
— MXvsCORRUPCIÓN (@MXvsCORRUPCION) April 8, 2018
Actualmente, las apuestas catastróficas tienen un valor de 90 mil millones de dólares en el mercado. En febrero de este año, la Secretaría de Hacienda emitió de nuevo un bono catastrófico para cubrir terremotos de fuerte magnitud, sin embargo, se volvió a diseñar de nuevo con el modelo paramétrico, por lo que es muy posible que México no vuelva a recibir ni un peso en caso de una catástrofe.
Lee la investigación completa en Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.