Peña se va sin atender la pobreza y dejando mucha más deuda
Ya pasaron más de cinco años desde que Enrique Peña recibiera la banda presidencial y sus compromisos de campaña no se han cumplido. Ni siquiera está cercano a la meta. Desde que el PRI regresara al poder, un cúmulo de promesas han mantenido esperanzado al electorado que lo colocó en la silla presidencial, y al parecer no les va a cumplir.
Al mexiquense le quedan cerca de ocho meses para reducir los niveles de pobreza en México y sanar la deuda pública de su sexenio. En este periodo de tiempo es imposible lograrlo, por lo que Peña dejará la presidencia quedando a deber demasiado a los mexicanos.
En principio el presidente mexicano no ha cumplido con su compromiso de reducir la pobreza en México. En cuestión estadística, Peña no se preocupó por disminuir esta condición y bajó la cifra de 40.1% a 40%. Para contrarrestar esta deficiencia, el gobierno de Peña gastó miles de millones de pesos en anunciar que se impulsó la creación de empleos. Y es cierto, en ese sentido se inyectaron cifras que se le restaron al combate a la pobreza.
Por otro lado, el priísta que vive en Los Pinos ha dejado realmente dañada a la economía nacional. El daño al producto interno bruto es tal que la persona que llegue al poder después de las elecciones de julio próximo, tendrá que arrancar sus gobiernos con un crecimiento de 2.5% anual, contrario al 4.5% que prometiera Peña en el 2012.
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— México, ¿Cómo Vamos? (@MexicoComoVamos) April 16, 2018
Los datos presentados por el Semáforo Electoral muestran como el derroche del gobierno de Peña en publicidad y en otras áreas más importantes para el presidente, han dejado 2.5 millones de mexicanos más pobres que cuando inició su mandato. Quizá este sea el gran título para recordar su administración: Peña, el presidente que aumentó el número de pobres.
Pero es que también durante estos cinco años su mandato ha estado plagado de escándalos ligados a la corrupción, algo que ha dañado seriamente a su partido que no puede pasar del tercer lugar en las encuestas presidenciales. Por esto mismo también podríamos resumir su sexenio de esta forma : Peña, el presidente que hundió a su propio partido. Lo cierto es que hablamos de una presidencia fracturada por donde se le vea.
En el lado positivo, el sexenio del priísta ha atendido bien el fomento a las exportaciones y prácticamente toda actividad ligada a la inversión extranjera. Recordemos la cantidad de dinero que ya está comprometido para la creación del nuevo aeropuerto capitalino, además de los contratos millonarios que se otorgaron durante el peñismo para la empresa Odebrecht.
A meses de terminar su mandato, el presidente de México ha quedado a deber gran parte de sus promesas de campaña, de eso no hay duda. Para lograr completar sus promesas, Peña necesitaría al menos de 10 años más en la presidencia, ya que firmó 266 promesas en 2012. De estos, apenas cumple menos de la mitad de lo pactado. Si buscamos publicidad oficial, el gobierno de Peña insiste en hacer creer que todo está funcionando con el slogan “lo bueno no se cuenta, pero cuenta mucho”.