Lápices, muebles y papel ilegales se venden fácilmente en México
La madera es un recurso fundamental, pues artículos como lápices, muebles e incluso el papel que se utiliza a diario, provienen de madera ilícita, ya que de acuerdo con estimaciones de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), 70% de la madera que se consume en México es ilegal.
En entrevista para la Revista Proceso, Leticia Merino Pérez, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), denunció este hecho, pues según cifras del organismo sólo 30% de la madera que se comercializa en el país es obtenida legalmente.
Merino señaló que el 60% del territorio nacional es forestal, aunque no existen una política eficiente que regule la tala desmedida, lo cual a su vez afecta a otros recursos naturales como el agua, suelo y la biodiversidad de dichas áreas.
De acuerdo con la investigadora, el clandestinaje forestal tiene “fuertes implicaciones sociales, ambientales e institucionales”, debido a que el comercio ilícito se hace más fuerte con la aplicación discrecional de regulación, la corrupción y la falta de supervisión adecuada en los puntos comerciales.
Asimismo, Merino indicó que es necesario avanzar en la creación de un esquema de producción comercial de madera que sea compatible con la biodiversidad de las áreas naturales protegidas, “para que la gente local recupere los derechos de control y los comparta con las reservas protegidas de manera más significativa”.
Merino aseveró que este tipo de políticas públicas pueden ayudar a que decenas de familias que viven en el campo protejan su suelo, especies animales y a la vez obtengan otra forma más de sustento.
En el marco del Seminario Universitario de Sociedad, Medio Ambiente e Instituciones (SUSMAI), dedicada a los bosques en crisis, Merino aseguró que en el ámbito social las comunidades rurales dueñas de territorios forestales tiene un papel fundamental en la conservación de bosques y selvas.
“Su labor es relevante en el control de incendios y plagas, el cambio de uso de suelo y la tala ilegal”, pues gracias a la conciencia que tienen, son los campesinos mismos quienes deben custodiar el bosque.
Leticia Merino mencionó que aproximadamente dos millones de hectáreas de bosques, que representan 25% de las áreas formalmente bajo aprovechamiento, se dedican a la protección de los recursos naturales, además de zonas que las comunidades definen como áreas de conservación.
Por tanto, la experta puntualizó que existe un enorme potencial y se debe involucrar a las comunidades rurales que viven en esos entornos, por ser quienes conservan el control de las áreas bajo aprovechamiento.
