Peña Nieto y Lozoya trajeron a los rusos a México por el petróleo
Fueron en realidad Emilio Lozoya Austin y Enrique Peña Nieto los que trajeron a los rusos a México para extraer petróleo; esto, en 2014, gracias a un acuerdo de colaboración al que llegó Petróleos Mexicanos (Pemex) entonces al mando de Emilio Lozoya Austin, y la compañía petrolera rusa Lukoil.
Como sabemos, la presencia de los rusos en México se ha convertido desde hace semanas en uno de los principales temas de la agenda política: Andrés Manuel López Obrador, precandidato de Morena, es el presunto culpable.
Desde que el periódico estadounidense Washington Post, en enero de este año, publicara el titular: “Un candidato presidencial mexicano obtiene un impulso inesperado de Trump y Putin”, alegando que Obrador estaría recibiendo apoyo del presidente ruso para ganar las elecciones, el tabasqueño se ha convertido en el objetivo unánime de estas sospechas.
Opinion: A Mexican presidential candidate is getting an unexpected boost from Trump — and Putin https://t.co/NG02XlvxGX
— Washington Post (@washingtonpost) January 11, 2018
Él, incluso, a través de dos videos, se burló de los alegatos con el ahora famoso mote auto impuesto de “Andrés Manuelovich”; después inquirió que las misteriosas llamadas a celular que hacían para decir: “no dejes que Obrador traiga a los rusos a profanar con sus plantas nuestro suelo”, “Obrador quiere entregarles a los rusos nuestro petróleo”, se trataban de una campaña sucia para desprestigiarlo, orquestada y financiada, según Andrés Manuel por Claudio X. González Laporte.
En realidad, los rusos ya operan en México, desde hace tres años, gracias al acuerdo con Lukoil, que se concretó el 24 de enero de 2014, en el marco de la participación de nuestro presidente, Enrique Peña Nieto, durante el Foro Económico Mundial, en Davos, Suiza.
Ahí las compañías petroleras mexicana y rusa: “suscribieron un acuerdo de cooperación que sienta las bases para trabajar de manera conjunta en temas relacionados con actividades de exploración y producción”, como reportó en su momento Pemex. Acuerdo que fue firmado por Lozoya y el presidente de Lukoil, Vagit Alekperov.
Este acuerdo consideraba el intercambio de “experiencias e información” en materia de exploración y producción, y fue uno de los primeros pasos de la reforma energética, aprobada un año antes.
Este acuerdo concretó, ya en julio de 2015, la firma de un contrato por la entrada en desarrollo del proyecto extractivo en el bloque Amatitlán, ubicado en Veracruz, en manos, desde luego, de la petrolera rusa.
Este bloque comprende un área aproximada de 230 kilómetros cuadrados, y se encuentra, costa adentro, a unos 64 kilómetros de Poza Rica, Veracruz; se calcula que posee 4,200 millones de barriles de petróleo crudo, y cerca de 3,33 billones de pies cúbicos de gas natural. Aunque los hidrocarburos extraídos son propiedad de Pemex, la rusa presta los servicios de operador de extracción y producción.
En total, en el bloque, se han perforado 24 pozos, 16 de los cuales están cerrados, cuatro están taponados y sólo tres permanecían en operación hacia 2015, cuando la rusa tomó control de los pozos. La producción máxima histórica a la que llegó el bloque fue de 654 barriles de petróleo diarios, con ocho pozos activos; esto, en noviembre de 2004.
En enero de 2017, Lukoil se asoció con la compañía petrolera canadiense, Renaissance Oil: la primera en perforar suelo mexicano y en extraer petróleo de nuestro país, para el desarrollo de esta misma área. Al día de hoy, Lukoil posee el 50% de la operación del bloque veracruzano, y el resto está compartido en 25% proporcional entre la canadiense y la socia Marak Capital.