El gobierno de Peña Nieto destruyó libros que no se vendían
Han pasado poco más de 60 días desde que Pacho Taibo II tomó la Dirección del Fondo de Cultura Económica (FCE), desde su arribo hay diversas cosas que comenzaron a cambiar en la empresa editorial de Estado. Entre los detalles destaca la apertura a zonas que los trabajadores no tenían acceso en las oficinas centrales, como elevadores y comedores que era usados únicamente por altos directivos.
Sin embargo, estos nuevo usos y costumbre se quedan cortos respecto a lo que la nueva administración del FCE ha descubierto: ocho millones de libros embodegados en librerías mexicanas y del extranjero, dos mil libros perdidos, ejemplares cuyos derechos de autor caducaron por descuido de servidores públicos o que fueron destruidos por presentar algún tipo de daño, en suma, dinero del erario tirado a la basura por la ineficacia de la administración encabezada por Enrique Peña Nieto.
En el caso del material embodegado, las autoridades explicaron que se trata de libros de Educal y del FCE cuyos títulos no fueron difundidos correctamente o sin un análisis preciso que justiciara su reimpresión.
Además, el FCE encontró 2 mil libros, de una editorial argentina que se creían perdidos, en la bodega de la librería Juan Rulfo, que pertenece a una de las dos librerías que el Fondo tiene en Madrid, España.
Preferían destruir los libros
El FCE también descubrió que en la administración de Peña Nieto los libros que no tenían salida comercial los convertían en pulpa para papel, es decir, “las instituciones estaban destruyendo libros”, dijo Taibo II.
De acuerdo con el encargado de despacho, los libros que se destruyeron fueron aquellos que se encontraban dañados, o que ya no eran aceptados por el mercado comercial.
“En algunos casos era justificado porque había libros a los que les faltaba de la página 30 a la 42, en otros, una inundación los había dejado tan inflados que era imposible leerlos”, dijo el también escritor Paco Ignacio Taibo II.
Otra de las irregularidades que se detectó, de acuerdo con Paco Ignacio Taibo II, gerente general de despacho del FCE, es que existe “una extensa lista de libros” de los que se perdieron los derechos.
Entre ellos se encuentra el libro Todos los fuegos el fuego, de Julio Cortázar, considerado uno de los mejores trabajos de este autor.
Sobre este tema, los funcionarios del FCE explicaron que analizarán con detalle por qué ocurrió esta situación. La sospecha es que se trató de una negligencia de las anteriores administraciones.
“En todos los casos se tendrán que volver hacer los contratos con los autores o sus herederos, pero hasta el momento desconocemos si esto implicará un pago extra”, comentaron desde el interior del FCE.