La herencia viva del imperio maya: Crescencio Pat Cahuich
Con 95 años de edad, Crescencio Pat Cahuich es el último dignatario del Imperio Maya, que mantiene viva la herencia de esta gran civilización precolombina, cuyo poder se extendió desde las costas del Pacífico hasta la Península de Yucatán, dominando un vasto territorio, rico en recursos naturales.
Tras la Conquista y luego del paso de los siglos, la grandeza maya sufrió embates que fueron desdibujando poco a poco su herencia; hasta que, a mediados del siglo XIX, un suceso prometió devolver su lucidez al imperio.
Cansados de los abusos de terratenientes, los habitantes de las tierras mayas, emprendieron una lucha por su libertad y por recobrar la propiedad de sus tierras al sur y al occidente de Yucatán.
En julio de 1847, Jacinto Pat y un grupo de valientes hombres iniciaron la llamada Guerra de Castas, movimiento social que pretendía restablecer la propiedad de sus tierras a los nativos, el cual culminó 54 años después, en 1901 con la ocupación de la capital maya de Chan Santa Cruz por parte de las tropas del Ejército Federal.
117 años después, el tataranieto de Jacinto, Don Crescencio continúa dando la batalla por conservar todas las costumbres ancestrales de la región maya, desde un pequeño centro ceremonial encumbrado en la selva.
@ivanova_pool #PRD platicando con Don Crescencio Pat Cauich quien hace un mes recibió la medalla al Mérito Indígena Maya "Cecilio Chi" pic.twitter.com/APqEmTaDyl
— Prensa Ivanova Pool (@Prensa_Ivanova) August 25, 2017
El amor por la identidad cultural maya comenzó desde su juventud, cuando a los 30 años inició a trabajar en el Centro Ceremonial de la Cruz Parlante, ubicado en el corazón de la zona maya, hoy municipio de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo.
Pese a su edad, Don Crescencio colabora activamente en el grupo Xyat, A.C, que aboga por el turismo comunitario en la población, por lo que pasa los días platicando con los visitantes sobre su trabajo con el henequén.
Su saber maya, ha llevado a Don Crescencio a participar en los Encuentros de Abuelos y Sacerdotes Mayas en los años 1999 y 2002; además de ser el comandante de la novena compañía del Santuario de Tixcacal Guardia.
Don Crescencio es depositario de la tradición oral, que aborda la historia de los mayas de los siglos XIX y XX, al tiempo que se ostenta como un fiel macehual, como se denominan los descendientes de los participantes de la Guerra de Castas.
“Poco a poco la vela se está apagando sin que la población de Quintana Roo se percate, es una pérdida silenciosa, los sacerdotes mayas cada vez somos menos y quizás se deba a la falta de amor de las jóvenes generaciones por la cultura maya y hablar la lengua, en ese sentido hay que enseñarles y recordarles, pero si no lo quieren hacer, tampoco es obligado”, explicó el sacerdote maya a medios locales, durante la entrega de la medalla al mérito indígena en 2017.
ÚLTIMO ROSTRO DE LA GUERRA DE CASTAS
Don Crescencio Pat Cahuich, es uno de los dignatarios mayas conocido como los últimos testigos de la Guerra de Castas y rostros de la cultura ancestral, conserva todas las tradiciones y costumbres mayas de la región. #FelipeCarrilloPuerto
Publiée par Televisa Quintana Roo sur Vendredi 10 août 2018
Campesino milpero, chiclero y caobero; su saber abarca conocimientos de herbolaria, silvicultura, agricultura tradicional y todos los rituales mayas que acompañan a estas tareas; sin embargo, se queja de la falta de apoyo económico de parte del gobierno y de la falta de interés de los jóvenes nativos por preservar su tradición.
Pese a todo, Don Crescencio se dice feliz con su larga vida y en espera de que las personas reconozcan el valor que la tradición maya tiene para todo México y su legado se pueda preservar a través del tiempo.