Científicos han encontrado la forma de hacer diamantes con el microondas
Una nueva clase de diamantes, unos fabricados en laboratorio a partir de microondas, podría ganarle una importante porción del mercado a las compañías mineras que se dedican a la explotación de este mineral precioso; muchas son las ventajas de los diamantes sintéticos: son más baratos, es imposible identificarlos de los reales (de no ser con máquinas), y no tienen las implicaciones éticas de los ‘diamantes de sangre’.
Y es que la incidencia de los diamantes naturales en los entramados bélicos es alarmante: una de cada cuatro piedras fue explotadas en una zona de guerra, y vendidas a la guerrilla para financiar armas y operaciones, y es prácticamente imposible determinar cuál de esas cuatro piedras hipotéticas es la ‘sangrienta’.
Via @NPR: Lab-Grown Diamonds Come Into Their Own https://t.co/NpQCg8H1Pw #labgrowndiamonds
— IIa Technologies (@2atechnologies) December 2, 2016
De ahí que los diamantes fabricados en laboratorio tengan una importante implicación ética. El proceso de fabricación de estos diamantes es relativamente sencillo: en un horno de microondas industrial, los científicos insertan una ‘semilla de carbón’ a la cual estimulan con gases pesados como el metano, y altas temperaturas.
El efecto del gas hace que el pequeño fragmento se convierta en una pequeña bola de plasma, dentro de la cual se empiezan a cristalizar los átomos de carbono. Ese proceso acumulativo de cristalizaciones, que puede tomar hasta 10 semanas, es el que culmina en el diamante. Una vez terminado y limpio, es prácticamente imposible diferenciarlo de uno natural. Tienen la misma estructura geológica, por lo que no son nada parecidos a otras imitaciones como la zirconia.
Synthetic Diamond Micron Powder for High Precision New Materials: https://t.co/FmHeSWHGZ4 pic.twitter.com/MmfiDeMbk8
— Kumthai Abrasives (@KAbrasives) April 5, 2018
De acuerdo a un reporte de Bloomberg del 2015, este tipo de diamantes crecidos en laboratorio tienen una pequeña porción del mercado: unos 80,000 millones de dólares a nivel global. Aunque no es muy probable que en el corto plazo las cosas cambien, hacia 2026 esta nueva industria podría tomar por sorpresa a los órdenes económicos mundiales.
Las encuestas más recientes demuestran que menos de la mitad de los compradores de diamantes en Estados Unidos prefieren las piedras naturales. Incluso Wal Mart y Warren Buffet, dos de los más grandes exponentes de ese mercado, están ya invirtiendo en las versiones sintéticas. La estimación de los expertos es que para 2026 haya 20 millones de diamantes sintéticos en circulación.
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— The Pearl Source (@thepearlsource) March 30, 2018
Aunque las compañías mineras han luchado para sacar de la jugada a su más moderna competencia: Bloomberg ha reportado que La Organización Internacional de Estandarización ha decretado que los diamantes sintéticos tendrán que llevar una leyenda que diga: “sintético”, o bien “crecido en laboratorio”, pero jamás hacerse pasar por uno “real”, los otros beneficios de estas piedras son innegables, y quizá insostenibles para el estado actual del mercado.
Un diamante fidedigno en una tienda promedio de Nueva York cuesta alrededor de 10,000 dólares, un diamante sintético puede costar alrededor de 6000, o menos, aun siendo del mismo tamaño. Con esos precios, sus facilidades de manufactura, y sus implicaciones éticas, sólo es cuestión de tiempo para que la demanda se dispare.
El propio CEO de IIA Technologies, una de las compañías pioneras en esta materia, Vishal Mehta, dice estar consciente ello: “los consumidores de ahora están muy familiarizados y empatizan muy bien con los términos eco-friendly o conflict-free, eso para nosotros es una enorme ventaja. Además, estamos creando una nueva industria por entero, sabemos que llegar al punto ideal tomará tiempo, pero ya estamos en un momento clave”.