Recolectores de basura rescatan libros desechados y crean una biblioteca
El Distrito metropolitano de Çsankaya de Ankara, en Turquía, cuenta con una nueva biblioteca, que está conformada por libros que fueron encontrados en la basura por trabajadores, entre los desechos.
La iniciativa surgió de un joven de 32 años de edad, de nombre Serhat Baytemu, quien trabaja en el servicio de recolección de basura de la capital turca. El hombre asegura que dicha idea fue debido a que siempre soñó con tener una biblioteca.
Y en un lugar donde con frecuencia se puede ver contenedores de basura repletos de muebles, juguetes, electrodomésticos y una infinidad de objetos que a diario las personas buscan desechar, Baytemu y sus compañeros se percataron que entre los miles de objetos, también se encuentran una gran cantidad de libros, por lo que comenzaron a plantearse la idea de que lo recolectado podía conformar una pequeña biblioteca.
Desde literatura, historia, política y arte, hasta libros de Harry Potter, Alejandro Dumas, Homero, Clarles Dickens, todo esto forma parte del acervo que les llevó meses a los trabajadores recolectar. Quienes además de cumplir con su trabajo, se empeñaron en almacenarlos y clasificarlos por categorías.
Serhat Baytemu asegura que todo el equipo se vio sorprendido al ver todo lo que se había recopilado, los sobrepasó.
Tomando la decisión de buscar un apoyo, acudieron con el alcalde, Alper Tasdelen, quien les cedió un espacio en el barrio de Çsankay, en una antigua fábrica de ladrillos que llevaba más de 20 años cerrada.
Muy cerca del Departamento de Saneamiento, se encuentra ubicada la vieja fábrica de ladrillos, la cual según información de periódico El Mundo, en el 2016 fue habilitada como un espacio para que los trabajadores pudieran pasar sus horas libres.
Un lugar que pasó a ser un espacio de ocio, y de juegos como el ajedrez, ahora cuenta con una biblioteca, además de una cafetería, las cuales en un principio fueron pensadas y habilitadas para los trabajadores y su familia, pero hoy están abiertas a todo el público.
Según datos de la cadena estadounidense CNN, el acervo con el que cuenta esta nueva biblioteca es mayor a los 6 mil libros, además de contar con revistas, máquinas de escribir, y un taller para convertir escritos viejos en libros, y las lámparas de lectura están hechas con tubos de cobre.
Con el lema “Acá no se pierde nada” es como la nueva biblioteca recibe a todos sus visitantes. Los trabajadores aseguran que su labor ha tenido un impacto positivo en la comunidad, a tal grado que otros departamentos de sanidad han recolectado libros que después son mandados a la vieja fábrica de ladrillos.
Eray Yilmaz, quien es el encargado de registrar las obras que entran y salen, celebra que las personas ahora tiran los libros en bolsa de plásticos, para ponerlos por separado de la demás basura, aunque no logra entender cómo la sociedad puede tirar “tal cantidad de conocimiento”.
A pesar de que se tiene previsto que en las próximas semanas estén disponibles mil 500 nuevos libros, los trabajadores tienen la idea de que en un futuro algunos camiones de basura sean habilitados como bibliotecas móviles que visiten a las escuelas de la comunidad, además de trabajar con organizaciones de la sociedad civil para llevar lecturas a centros de reclusión.