Parteras, tradición milenaria contra la violencia obstétrica
La violencia obstétrica es un mal que aqueja a millones de mujeres embarazadas alrededor del mundo sin importar la edad o estrato social. Ante este panorama, las parteras, representan una tradición milenaria que podría disminuir esta problemática.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámicas en las Relaciones en los Hogares 2016 (ENDIREH), 33.4% de las mexicanas entre 19 y 44 años que han tenido un embarazo sufrieron violencia obstétrica.
Este tipo de agresiones se caracterizan por actos que van desde regaños injustificados por parte de los médicos, tactos innecesarios, falta de información, cambios de consultorio, uso de anestesia u hormonas e incluso la práctica de una cesárea sin que la madre lo solicite.
Hechos como estos, quedan constatados en diferentes investigaciones como la realizada por la Sociedad Mexicana de Salud Pública denominada “Retos de la Mortalidad Materna en México”.
Dicho estudio revela que de los 2.1 millones de embarazos que se registran en México cada año, un promedio de 300 mil presentan complicaciones severas, ocasionando en 10% de los casos secuelas obstétricas que limitan la capacidad reproductiva de la paciente.
Lo anterior en el mejor de los casos, pues un promedio de mil 100 mujeres pierde la vida cada año al dar a luz, a causa de padecimientos que en el 80% de los casos son prevenibles.
Ante este panorama, la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó el informe “Prevención y erradicación de la falta de respeto y el maltrato durante la atención del parto en centros de salud”, donde da cuenta sobre el trato agresivo que sufren las mujeres embarazadas en México, no sólo en el ámbito del sector salud, sino en el familiar y social.
Regresando a lo natural
Desde tiempos ancestrales el acto de dar a luz es muy importante; sin embargo, el ajetreo cotidiano ha convertido a este hecho en un evento a calendarizarse, evitando el dolor y haciendo menos difícil la labor de parto para la madre.
Pese a los avances médicos, la premura por traer una nueva vida al mundo es el estandarte bajo el cual operan muchos centros hospitalarios, ya sea por motivos de saturación o de facilidad para el personal médico, proceso durante el cual muchas de las pacientes son maltratadas.
Es por ello que el trabajo de las parteras durante la última década ha tomado mayor relevancia incluso en las grandes urbes, en la cual esta vieja costumbre estaba un tanto relegada.
Según datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), el número de mujeres que acuden a los servicios de una partera registra un aumento. En 2010, 572 nacimientos urbanos ocurrían en casa y eran atendidos por una partera, cifra que para 2016 alcanzó los 5 mil 493 partos, lo cual significa un incremento de 89% en sólo una década.
El fenómeno es curioso, ya que cada día se acercan más a esta opción de parto natural, mujeres con mayor grado de preparación que buscan evitar las malas experiencias de partos anteriores o los terroríficos relatos que les cuentan amigas, familiares o conocidas.
Hoy en día entidades como la Ciudad de México, Morelos, Guerrero, Puebla, Tabasco, Yucatán y el Estado de México, superan los 100 nacimientos con parteras en casa registrados al año.
Así el trabajo de organizaciones como Luna Maya, que apoya a las mujeres en busca de los servicios profesionales de una partera es mayormente valorado. Esta organización comenzó en 2004 con el objetivo principal de ofrecerles a las mexicanas el derecho de elegir sobre sus cuerpos respecto a una maternidad segura.
Información crucial para elegir mejor
Otra investigación realizada por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS-Sureste) en conjunto con la asociación Asesoría, Capacitación y Asistencia en Salud (ACASAC) y el apoyo de la Fundación MacArthur, denominada La partería desde el punto de vista de las usuarias, capítulo Ciudad de México, indica un incremento en el número de mujeres embarazadas que conocen sus derechos, se informan sobre los procedimientos innecesarios durante la atención de un parto y buscan alternativas que satisfagan sus necesidades y expectativas.
En entrevista para el portal Animal Político, el doctor Serafín Romero, vocal de Educación e Investigación del Colegio Mexicano de Especialistas en Ginecología y Obstetricia (COMEGO) aseguró que la saturación de los servicios médicos en nuestro país es uno de los principales problemas que perjudica a las embarazadas.
De acuerdo con el profesional de la salud, aunque servicios como el que ofrece Luna Maya son cada vez más populares, es necesario que las mujeres no dejen de lado la asistencia médica.
Asimismo, es crucial que las parteras cuenten con los conocimientos fundamentales que avalen su profesionalización, misma que les permita atender de mejor forma a las pacientes e incluso trabajar a la par que el personal médico para reducir los niveles de mortalidad durante el parto en nuestro país.
Tal es el caso de la Universidad Autónoma de Guerrero que mediante un programa de capacitación a parteras logró reducir 5% durante 2017 la tasa de mortalidad en madres de la entidad.