Antes de ser capturados, los priistas se esconden en mansiones de lujo

Antes de ser capturados, los priistas se esconden en mansiones de lujo

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España se ha convertido en el paraiso priista. En este país se compran propiedades millonarias y la élite política sabe que habrá un lugar a dónde ir en caso de que las cosas se pongan difíciles en México. Un ejemplo grande es el caso de Emilio Lozoya, que llegó a territorio español para buscar a su antiguo jefe, Enrique Peña Nieto, y platicar sobre el futuro legal de ambos. El par eligió casas millonarios en zonas exclusivas para pasar las noches.

Se sabe que Enrique Peña no quiere regresar a México, en donde prometió que pasaría los días después de su mandato sexenal. El priista dijo que regresaría a su casa en el Estado de México (en donde fue gobernador). Pero la realidad actual lo ubica en Málaga, en una mansión que habría comprado en 2018 en una transacción aún opaca. Desde ahí, el priista revisa a diario la situación de la lucha anticorrupción del obradorismo.

Esta misma historia se repite con Emilio Lozoya, que llegó a España a hospedarse en un barrio exclusivo de Málaga. Con dinero y tiempo, aseguró hace unos años, el priista prometió que podía “romperle la madre” fácilmente a la fiscalía mexicana. Ahora detenido, un juez español le ha negado la prisión domiciliar bajo el argumento de que puede escapar nuevamente. La riqueza de la familia Lozoya Austin no fue suficiente.

Estas mansiones de lujo en donde se hospeda la élite priista responde a un patrón. La alta clase política mexicana gusta de comprar propiedades en el extranjero, muchas veces a través de prestanombres o en transacciones monetarias cargadas de opacidad. La mansión que compró Peña Nieto en territorio español fue recomendada por el exgobernador priista Rodrigo Medina (que también gusta de las propiedades europeas).

Pero también hay una predilección por vivir con lujos en Estados Unidos. César Duarte y Emilio Lozoya también estuvieron un buen tiempo en esta nación, revisando su situación legal en propiedades de lujo. Javier Duarte, según reportó la fiscalía local, también gustaba de adquirir propiedades en el extranjero (con la idea de disfrutar sus días en otra nación al terminar sus mandatos). El priista ya está también en prisión.