Solitario, en celda fría y sin trajes de lujo, así vive hoy García Luna

Solitario, en celda fría y sin trajes de lujo, así vive hoy García Luna

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Uno de los hombres más poderosos del calderonismo se ha convertido en el prisionero mexicano del momento. Genaro García Luna pasó de ser uno de los funcionarios públicos con más fortuna espontanea a vestir el icónico traje naranja de las prisiones yanquis. Después de ser capturado y acusado de corrupción, desvío de recursos, enriquecimiento ilícito y tráfico de drogas, la mano derecha de Felipe Calderón vive recluido en soledad.

Con propiedades millonarios en México y Estados Unidos, Genaro tenía toda la seguridad de que la impunidad que otorga la justicia mexicana jamás lo alcanzaría. Después de escándalos, acusaciones y de fabricar culpables para mejorar su imagen de súper policía, el mexicano ahora enfrenta un juicio colosal en donde se acumulan veinte años de evidencia en su contra. Se declaró inocente y está listo para delatar a sus colaboradores.

Fue detenido en Estados Unidos, después de mentir a esta nación para obtener la ciudadanía. Luna ya no quería vivir en México y tampoco quería ser mexicano, la guerra que dirigió junto con Felipe Calderón dejó más de 200,000 mexicanos muertos y más de 40,000 personas desaparecidas. Su fortuna incrementó tan rápido que las autoridades judiciales norteamericanas no dejaron de observarlo.

Una vida de lujos y fortuna

Ahora Genaro Luna duerme en una celda fría, está totalmente incomunicado de su familia y suplica por perdón, negando absolutamente toda la evidencia acumulada en su contra. Anterior a su captura, el gran amigo del calderonismo vestía trajes de diseñador, estaba acompañado por un séquito de guardaespaldas y viajaba en camionetas de lujo. Sus mansiones en Estados Unidos ya son reclamadas por el gobierno mexicano.

Luna ayudó al cártel sinaloense para protegerlo y aumentar su poder, sostiene la fiscalía estadounidense. No solamente les cobraba cuota a los narcos más poderosos del país, también ayudó a mover droga hasta Estados Unidos (un crimen que los norteños castigan con severidas, sobretodo cuando se trata de funcionarios que ayudan al trasiego de droga). Luna asegura que todo es falso y está listo para delatar a los culpables, dice.