La orden militar en Chile: disparar a los ojos de los manifestantes

La orden militar en Chile: disparar a los ojos de los manifestantes

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Las protestas contra el gobierno de Sebastián Piñera continúan en Chile. Los jóvenes han salido a manifestarse por aumentos en el transporte público y las inconformidades generales mantienen ya paros nacionales, con sindicatos incluídos, para que se vaya de la presidencia su alto mando de ultraderecha. Para intentar detener las protestas, el ejército chileno ya apunta a la cara de los manifestantes. 

Los carabineros y militares de este país sudamericano han cambiado de estrategia en las últimas semanas. Mientras al principio se reprimía con toletes y pistolas de agua, ahora la misión es disparar bolas de goma directamente a la cara de los jóvenes que protestan en las calles. La intención es dejarlos ciegos, asegura el instituto local de derechos humanos. 

El gran reclamo a Piñera es el avance rapaz de las medidas neoliberales en el país. Chile tiene uno de los costos de vida más caros de sudamérica y los salarios no aumentan, mientras que el precio del metro ha ido en ascenso al menos dos veces cada año. La policía y los militares armados que salen a las calles a destruir las protestas tienen la misión clara de hacer el mayor daño posible a los ciudadanos inconformes. 

Graves lesiones a los derechos humanos

Esta medida de disparar a la cara de los manifestantes ha generado 157 casos de trauma ocular en las últimas semanas. Derechos humanos ha declarado que los ataques dejan ver un cambio de estrategia directa, en donde los disparos tienen la misión de dejar ciegos a los ciudadanos, con total libertad de acción por parte de los militares armados al mando del presidente Sebastián Piñera

Pero además de los disparos al rostro, los chilenos ya suman 18 casos de abuso sexual confirmados por parte del ejército y la policía chilena. La fuerza represora del presidente de Chile deja ver un agravio total a los derechos humanos, algo que la ONU ya alertó desde hace días. Hay 132 casos comprobados de tortura y más de 800 personas heridas por arma de fuego. El toque de queda ha quedado anulado pero la represión continúa. 

Con información de Proceso.