Narco mexicano detrás de asesinato de líderes sociales en Colombia | BREAKING

Narco mexicano detrás de asesinato de líderes sociales en Colombia

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El Colombia la irrupción de sicarios va en aumento, su objetivo: los líderes campesinos que habitan poblaciones marginadas. La violencia ha cambiado, ya no es la guerrilla ni el Ejército y los carteles de la droga mexicanos tienen mucho que ver.

La lucha de estos líderes tiene que ver con la protección de sus tierras y la exigencia del cumplimiento de los acuerdos de paz entre las FARC y el Gobierno colombiano, los cuales todavía no se cumplen.

La Defensoría del Pueblo, institución que se encarga de salvaguardar los derechos humanos de los colombianos, reveló que en 2018 al menos 176 dirigentes sociales fueron asesinados, una cifra 40 por ciento mayor a la del 2017.

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El asesinato de líderes sociales pone en entredicho el proceso de paz colombiano y los responsables más visibles son las bandas criminales financiadas por los carteles mexicanos.

Aída Avella, senadora y presidenta de Unión Patriótica (UP), señala que los carteles brindan financiamiento a las estructuras armadas de las pandillas. Para Avella, el asesinato de 423 líderes sociales en los últimos tres años constituye una tragedia similar al exterminio que padeció la UP en los ochentas y noventas, cuando fueron asesinados o desaparecidos más de tres mil de sus militantes.

Para Avella, los asesinos de hace dos décadas son los mismos que ahora, antes se les llamó “paramilitares” y ahora son “bandas criminales”, entre ellos están El Clan del Golfo, la organización criminal más grande del país; Los Puntilleros, Los Caparrapos, Los Rastrojos, La Empresa y las Autodefensas Unidas del Pacífico.

Violencia por cocaína

Estas bandas criminales son un remanente de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), una organización paramilitar que acogió un proceso de paz la década pasada, en el cual hubo reincidencia constante de violencia.

Todas estas bandas criminales tienen relación con los carteles mexicanos, desde el Cártel de Sinaloa hasta los Zetas, pasando por el Mayo Zambada y el Cártel Jalisco Nueva Generación.

Para Ariel Ávila, investigador del conflicto armado, lo que ocurre en las zonas más violentas de Colombia no le es ajeno a los grandes carteles de droga en México.

Esta presencia, explica el investigador, tiene que ver con los intereses de los carteles, que llegan a Colombia para asegurar el abastecimiento de cocaína para sus organizaciones, trayendo financiamiento en dólares y armas de grueso calibre.

Estas actividades, explica Ávila, influye fuertemente en el aumento de la violencia en diversas regiones, además de ser un factor determinante en el asesinato de líderes sociales.

Ante tal caso, la Comisión Internacional de Verificación de los Derechos Humanos de la Unión Europea considera que falta voluntad política del Gobierno colombiano para poner en marcha una estrategia de desmantelamiento del paramilitarismo prevista en los acuerdos de paz con las FARC y la cual constituye uno de los pilares para garantizar la seguridad de las poblaciones.

Así que difícilmente podrá haber paz en Colombia si no se tiene la firme voluntad de acabar con las estructuras que amenazan el proceso de paz y que es tan relacionadas con el narcotráfico.