Desviaron los recursos para salvar a la vaquita marina
Tuvo que venir Leonardo DiCaprio para forzar al presidente mexicano a tomar en cuenta a una especie marina totalmente descuidada por su gobierno. Lo que le está pasando a la vaquita marina alerta no sólo a los mexicanos y su gobierno, también al mundo entero. Pero dentro de las promesas de apoyo para rescatar de la extinción a esta especie amenazada estaban millones de pesos que de repente no aparecen o se destinaron a actividades poco importantes para su conservación.
La vaquita marina fue prácticamente el animal del sexenio peñista, con cientos de oenegés que exigían su protección ante la amenaza de una extinción definitiva. Enrique Peña Nieto destinó más recursos a la Semarnat, encabezada por Rafael Pacchiano Alamán, para crear programas específicos de protección para rescatar a la vaquita. Pero la auditoría encuentra irregularidades en la mayoría de estos acuerdos: no hay datos fijos de cómo se ayudó y lo poco que se sabe de derrochó en apoyos dobles.
Esto deja ver que la corrupción que imperó durante el sexenio del PRI aplicó a prácticamente todas las secretarías, comisiones e institutos. Mientras se revisa si el gobierno peñista realizó al menos dos estafas maestras, una por año, también se descubren derroches en el FCE, el Inmujeres y la Semarnat, la secretaría encargada de velar por la seguridad y protección de especies mexicanas en peligro de extinción. Y hasta allá llegó el derroche y desvío de recursos.
Para entender cómo se escurrieron los recursos debemos observar el programa de Recuperación y Repoblación de Especies en Riesgo (Procer). Ahí se inyectaron los apoyos para proteger a la vaquita marina, pero se sabe que el dinero se le entregó a personas que no pudieron acreditar que estuvieran viviendo cerca de estas especies. Por lo tanto, no se explica porqué beneficiar a personas que jamás tuvieron contacto con este animal mexicano agraviado por la pesca ilegal.
En el Procer también debieron emitirse cifras contundentes para ver si los recursos entregados estaban funcionando. No hay ningún dato recabado en este programa que deje en claro si el dinero realmente se usó para proteger a la vaquita marina o garantizar al menos su existencia. Lo que sí se generó fue una zona restringida, en donde se prohibió a pescadores locales tener actividades cerca de la vaquita marina, a cambio de apoyos económicos. Pero no se sabe cómo es que fueron usados el resto de los recursos.
Recordemos que la pesca ilegal de la totoaba ha puesto en riesgo total a la vaquita marina. Ambas especies comparten territorio y del primer animal existe toda una mafia dedicada a vender sus vejigas a precios millonarios (8,000 dólares cada una) en el continente asiático, lo que ha afectado durante años a la vaquita marina que muere en las redes de estos pescadores ilegales. La mayoría de estas acciones suceden en el mar de Cortés y el 70% de las muertes de la vaquita sucedió durante la era Peña Nieto.
Los montos otorgados tampoco era una gran ayuda para esta especie. Poco más de medio millón de pesos fueron otorgados al Procer para garantizar que se distribuyeran entre pescadores que prometieron no tener actividades cerca de la vaquita marina. Pero estos recursos se entregaron dobles, también se repartieron entre personas que nada tenían qué ver con la pesca e incluso a gente que ni siquiera vivía cerca de la costa.
Para un presidente que gastó un millón de pesos por hora en publicidad oficial, 514 mil pesos para salvar una especie es una suma preocupante. Al menos 59 vaquitas marinas murieron durante los apoyos otorgados al Procer, que ni siquiera midió los impactos de su funcionamiento y repartió los recursos de forma cuestionable. Los apoyos se redujeron al mínimo, dando poco más de 2,600 pesos a los beneficiados.