Altos directivos traspasan sus deudas personales al Infonavit
La asociación Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) ha presentado un informe que revela los tratos ventajosos que han tenido los altos directivos del Infonavit desde el año 2015, amparados en un programa de beneficio a trabajadores impulsado por el entonces director Alejandro Murat.
El actual director empresarial del Infonavit, Sebastián Bernabé Fernández Cortina, traspasó una deuda personal de 5.2 millones de pesos al propio instituto a una tasa de 4% anual y 0% en intereses moratorios, algo impensable para trabajadores normales.
El traspaso de su deuda se efectuó en diciembre de 2015, cuando la tasa promedio que cobraba el Infonavit a los trabajadores por un crédito hipotecario era de 12%, según consta en documentos obtenidos por MCCI.
Aquel año, el Infonavit otorgó 690 mil créditos a igual número de trabajadores, quienes tuvieron que pagar una tasa tres veces superior de la que gozó el propio directivo del instituto.
Los trabajadores que se atrasaron en sus pagos ante el Infonavit debieron cubrir un interés moratorio de hasta 16% anual, mientras que Fernández Cortina obtuvo el beneficio de no pagar ni un peso de penalización en caso de incumplimiento con el pago de las mensualidades.
Todo queda entre amigos
El caso del director empresarial no fue el único. José Manuel Pelayo Cárdenas, quien desde hace años se desempeña como director general de riesgos del Infonavit, traspasó al mismo instituto otro adeudo bancario por 8 millones 500 mil pesos, con los mismos beneficios de 4% de tasa anual ordinaria y 0% en interés moratorio, de acuerdo con los documentos revisados por MCCI.
Las condiciones preferenciales otorgadas a los directivos se amparan en un programa especial creado para fomentar el acceso a la vivienda a los empleados del Infonavit.
El programa, denominado Empleavit, fue anunciado el 6 de octubre de 2015 por el entonces director general del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, Alejandro Murat Hinojosa, en un evento interno.
En ese momento, Murat Hinojosa explico que se trataba de un crédito con las mejores condiciones del mercado: un monto máximo para cada empleado de 41.2 meses de sueldo bruto, con tasa anual de 4%, plazo de amortización de 20 años y los pagos por descuento vía nómina.
En esas condiciones, por ejemplo, un empleado del Infonavit con un sueldo bruto de 20 mil pesos mensuales tendría acceso a un crédito de 824 mil pesos.
Pero los beneficios no fueron sólo para los empleados ni se limitó a casas de interés social. Los directivos fueron los que más aprovecharon.
A los 20 días de haberse anunciado el programa, el subdirector de riesgos se apuntó para transferir al Infonavit una deuda bancaria de 8.5 millones de pesos por una vivienda adquirida en el fraccionamiento Campestre Loma de Palo Alto, una exclusiva zona residencial en Cuajimalpa.
Dos meses después, el director empresarial del Infonavit también traspasó al instituto una deuda de 5 millones 204 mil pesos por una residencia de 604 metros cuadrados que había adquirido en el conjunto residencial Hacienda de Santa Fe.