Conoce Playa Espíritu, un paraíso de la biodiversidad en México | BREAKING

Conoce Playa Espíritu, un paraíso de la biodiversidad en México

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Rinden frutos esfuerzos de investigadores y conservacionistas.

Al sur de Sinaloa, el Centro Integralmente Planeado (CIP) de Playa Espíritu, se erige como un bastión de la biodiversidad en un espacio ocupado durante siglos por el ganado dónde la fauna y flora nativa fue desplazada. Gracias a los esfuerzos emprendidos por investigadores de la UNAM en el proyecto desarrollado por el Fonatur en el municipio de Escuinapa. En cinco años se ha logrado incrementar la cantidad de especies presentes en el área de 90 a 282, 50 de ellas están en riesgo y 5 en peligro de extinción.

El área de 2 mil 381 hectáreas colinda con las Marismas Nacionales de los estados de Sinaloa y Nayarita. Ambas zonas fueron incluidas en la lista de sitios Ramsar en 1995. Los esfuerzos de los investigadores han logrado que flora como los cedros, mangle, y palmas, vuelvan a crecer en el lugar. Los jaguares regresan a sus lugares de origen y las vacas son un recuerdo del pasado en esta área.

En el invierno aves migratorias abandonan las heladas condiciones de Canadá y el norte de los Estados Unidos para llegar a regiones más cálidas como Escuinapa. Deambulan por la playa y sobrevuelan el mar en busca de alimento. Cinco ecosistemas conviven en una misma área, sobrevivientes de la intensa actividad humana que alguna vez predominó en la región. Mangle, dunas costeras, selva baja caducifolia, selva mediana subcaducifolia e interdunarios de agua dulce se extienden en las más de 2 mil hectáreas. En la costa, 800 hectáreas de palmar cocotero dominan el paisaje.

(Fonatur)

Una zona impactada desde antes de la colonia.  

Desde antes de la llegada de los conquistadores en el siglo XV a este continente, las marismas han soportado el impacto de la actividad humana. En la época prehispánica, tuvieron que ser testigo de la pesca intensiva mientras que, durante el virreinato, fueron áreas de desarrollo para la ganadería.

En el siglo XVII se ubicaba en esta zona una hacienda conocida como Las Cabras en la Isla del Palmito Verde. Con 513 hectáreas de extensión, era aquí dónde pastaban los animales de Bartolomé Verde Rojas, que declaró la propiedad como suya en 1668. Era la hacienda ganadera más importante de la Nueva España.

La hacienda llegó a contar con 11 mil 225 cabezas de ganado en 1738, ahora bajo la propiedad de Marcos Gaxiola, tercer dueño. En el siglo XX, fue adquirida por Natividad Toledo, quien fuera padre el exgobernador de Sinaloa, Antonio Toledo Corro. Hasta 1995, llegaron a pastar hasta 61 mil 440 cabezas de ganado, 70% de ellas, eran reses. En ese mismo año, Toledo Corro vendió 2 mil 284 hectáreas a Fonatur y en 2009 el Fondo adquirió hectáreas adicionales para sumar 2 mil 381.

A la actividad humana, se suman las afectaciones producto de los fertilizantes y las descargas de aguas residuales, que han contaminado en gran medida los mantos freáticos (agua subterránea). Las reservas de agua subterránea, además, han sido presa de la sobreexplotación lo que ha ocasionado que el agua salina se infiltre a los mantos freáticos.

Desde hace poco menos de cinco años, desde 2014, investigadores del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM que tiene su sede en Mazatlán, han implementado nueve programas de restauración y conservación de las marismas. A través de reforestación flora nativa, estudios en la fauna, calidad del agua y la apertura de canales de agua dulce, buscan rehabilitar los humedales y proteger a los animales que vienen a anidar a las costas.

Las empresas que colaboran con la conservación son vigiladas para cumplir con la normatividad ambiental. Los programas son evaluados y seguidos constantemente. Los colaboradores señalan que el objetivo de la labor conjunta es asegurar la supervivencia de la flora y fauna nativa de dicha zona. De igual manera, se garantiza el desarrollo de una base científica adecuada.

(Newsweek)

¿De dónde nació el programa de conservación?

El CIP Playa Espíritu fue ideado en 2007 con la finalidad de ampliar la oferta turística de México, buscando desarrollar la región. Es dirigido por el Fonatur y fue aprobado como proyecto en el 2008 por Hacienda. A partir de ese momento se empezó a desarrollar la infraestructura. Posteriormente se realizó la Manifestación de Impacto Ambiental ante la Semarnat y en 2011 se obtuvo la aprobación por parte de la dependencia. Se asignaron diversas medidas de conservación y mitigación.

Para cumplir con las exigencias de la dependencia, el Fonatur pidió ayuda a la UNAM, a partir de ese momento iniciaron las labores de conservación. Tiempo después fueron incluidas propuestas de la sociedad civil y ahora se contempla ampliar el proyecto, aunque se tendría que realizar una nueva Manifestación de Impacto Ambiental.

De acuerdo con la tradición, hace 67 años, la partera enterró el cordón umbilical de Santos Sillas Quintero en la tierra. De esta manera, Santos quedó conectado a esta tierra por el rsto de su vida, y así ha sido hasta entonces. Viviendo su infancia en Las Cabras, posteriormente dedicándose a la actividad agrícola cuando la tierra ya era propiedad de los Toledo, la labor de Sillas Quintero es fundamental.

Santos Sillas se dedica a recolectar semillas y fragmentos de tallos de especies protegidas o de importancia biológica. Su conocimiento es indispensable para poder detectarlas y su labor de suma importancia. Gracias a él, se está rescatando el material genético vegetal y ayudando a su reproducción, determinante para el rescate del ecosistema de la zona.

Se cree que hay cuando menos 196 especies distintas de plantas en las más de 2 mil hectáreas de extensión. Hay plantas de todo tipo; flores, árboles frutales, maderables, medicinales, entre muchas otras. Dan refugio a las aves y proporcionan alimento a los animales silvestres. Al aumentar la densidad vegetal, los animales se ven atraídos e incrementa la población de fauna.

La selva mediana que se encuentra en este lugar es de suma importancia para Sinaloa, siendo la de mayor relevancia ecológica en todo el Estado. A esto se suma que es el territorio de manglares mejor conservado de todo el Pacífico mexicano.

(Newsweek)

Diversidad ecológica y el hábitat del jaguar.

Desde 2015 se cuenta con la presencia y tránsito de jaguares por este lugar, a pesar de esto, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas no ha clasificado el lugar como un hábitat del jaguar. Se sabe que su estadía y paso en el lugar se deben a la densidad forestal, que genera mayor disponibilidad de la fauna que el jaguar utiliza como su alimento. Su alimentación se compone principalmente de pecarís, armadillos y venados.

Gracias al monitoreo que se está llevando a cabo, se han podido identificar las diferentes especias que merodean en el área. Varios de los ejemplares identificados, llevaban años sin aparecer en dicha región. En total son 282 especies, de las cuales 214 son aves, 36 reptiles, 22 son mamíferos y 10 más anfibios. Hay 50 especies protegidas y 5 en peligro de extinción.

Los esfuerzos conservacionistas no sólo están beneficiando a las especies nativas, sino a otras con presencia intermitente como las tortugas, que vienen cada año a anidar en los 42 kilómetros de playa del municipio de Escuinapa, 12 de estos, se encuentran dentro de la CIP Playa Espíritu. En los siete años que se ha llevado a cabo este proyecto, se han reportado 424 mil 883 tortugas que han nacido y emprendido su camino al mar. Las tortugas son protegidas y monitoreadas constantemente a fin de garantizar su conservación.

La nota completa puede ser leída en Newsweek México.