Más de 7 mil nombres de sacerdotes pederastas surge en EU
Las miles de denuncias sobre casos de abusos sexuales a menores cometidos por sacerdotes pertenecientes a la diócesis de Estados Unidos, ha obligado a la iglesia católica a publicar un listado de los clérigos señalados en “acusaciones creíbles”.
De 2002 hasta el año 2017, presionados por feligreses católicos y laicos, solo 35 de las 187 diócesis eclesiástico estadounidenses habían accedido a hacer publicas las listas de los sacerdotes señalados por abuso sexual.
Sin embargo, existen investigaciones recientes que hacen más larga la lista de los clérigos señalados, de quienes se sabe el mismo Vaticano tuvo conocimiento, pero guardó silencio.
En agosto del año pasado se hizo público un informe en el estado de Pensilvania en el que se dieron a conocer que desde 1963, el Vaticano conocía de algunos casos sobre abusos cometidos por los sacerdotes.
De acuerdo con las investigaciones en Pensilvania, se han logrado documentar más de mil sobrevivientes de abuso sexual, perpetrados por más de 300 curas. Lo que ha derivado en que varios fiscales generales estatales que han indagado en estos casos, concluyan que las diócesis nunca hicieron adecuadamente las investigaciones: “no han sido investigadas en el absoluto”.
Citando otro ejemplo, el portal Bishop-Accountability.org ha logrado documentar a más de 7 mil sacerdotes que han sido denunciados desde 1950, pero de los cuales solamente 4 mil 500 tienen nombre y apellido. Aunado a que los expertos sobre este tema han podido recabar cifras que calculan que entre el 6% y 10% están vinculados a casos de abusos sexuales, es decir, podrían ser hasta 11 mil clérigos.
En el 2002 la iglesia católica de Estados Unidos emitió la Carta para la Protección de Niños y Jóvenes, en donde se incluyó un estudio descriptivo sobre los alcances de los abusos cometidos a menores perpetrados por los curas, revelando que podrían ser entre el 3% y 6% de los 110 mil clérigos que han sido miembros desde la década de los 70.
Siguen ocultando cifras y las dudas surgen
En diciembre del año pasado, el obispo de Nueva York, Robert J. Cunningham afirmó que dentro de la iglesia existe el debate sobre si la lista de los nombres de los sacerdotes deben hacerse públicos, debido a que “algunas víctimas no quieren que se sepa quiénes fueron sus abusadores”, aunque días después el sitió web de la dicha diócesis terminó publicándola.
Ante esto, el fundador de Bishop-Accountability.org, Terry McKiernan, ha sostenido conocer el nombre de abusadores que deberían estar en listados, pero que no lo están. Mientras que el abogado Jeff Anderson, quien ha llevado muchos casos, asevera que cuando la iglesia dice que no se darán a conocer la identidad de los curas porque las víctimas no quieren que se sepa, es una gran mentira:
“Llevo 25 años representando a sobrevivientes de abusos y nunca he conocido a uno que no quiera. Ese argumento es una excusa para no hacer lo que corresponde”.
Por su parte, en noviembre del año pasado los obispos estadounidenses se reunieron con el fin de definir sus códigos con respecto a los estándares de conducta, además de la creación de una comisión para manejar las denuncias de abuso contra los obispos y nuevos protocoles para los curas destituidos. A lo que el Vaticano pidió una reserva hasta que se celebre la cumbre de las Conferencias Episcopales en Roma durante el mes de febrero.
Leer la investigación de El País