Van 4,200 millones para publicidad oficial en México
Se empezó a notar una crisis después de que Enrique Peña Nieto dejara de celebrar contratos en el tramo final de su sexenio. Los medios de comunicación tradicionales que dependían del cheque federal o estatal para mantener activos, vieron cómo su nómina adelgazaba y los despidos masivos fueron inevitables. Algunos ajustaron al máximo sus equipos de trabajo y otros más simplemente cerraron sus puertas.
López Obrador llegó al poder recortando dinero público destinado a publicidad oficial. La guadaña deja 50% menos en concepto de publicidad del gobierno federal, lo que limita esta inyección de recursos a apenas 4,200 millones de pesos en el 2019.
Esto es prácticamente la mitad de lo que Enrique Peña destinó a publicitar su imagen y la de su gobierno en prensa, radio, televisión, medios digitales y muchos más. El mexiquense llegó al punto de gastar un millón de pesos cada hora para asegurarse de que los mexicanos se enteraran de las acciones de su gobierno. Ahora el presidente tabasqueño promete no intervenir, con el dinero destinado a publicidad, en las líneas editoriales de los principales medios y noticieros del país.
Los reajustes al área de publicidad oficial forman parte del plan de austeridad republicano. López Obrador ganó la presidencial en parte por prometer un corte a los derroches de gobierno anteriores, especialmente el calderonista y el peñista. “Se termina la subvención, ya no va a haber el llamado chayote, se acaba el soborno a medios y a periodistas”, comentó en una de sus conferencias matutinas en Palacio Nacional.
Y es precisamente esa palabra la que más está golpeando a ciertos comunicadores. El famoso chayote ayudó a que cientos de trabajadores en la prensa escrita y televisada se inclinaran radicalmente por aplaudir el gobierno de Enrique Peña. A base de contratos millonarios y fortunas inmediatas, un pequeño ejército de comunicadores ignoraron escándalos como Odebrecht en México, la Estafa Maestra, la Casa Blanca, entre otros, para defender al último presidente del PRI.
Ahora López Obrador promete que estos 4,200 millones de pesos se habrán de repartir entre medios y periódicos ya sean a favor o en contra de su gobierno. La intención es apoyar económicamente, además de pagar, como cualquier interesado, para que cierta información sea publicitada en sus canales de comunicación (banners que informan sobre programas sociales, comunicados oficiales, convocatorias, etcétera).
El tabasqueño promete que no se van a beneficiar a ciertos medios cómodos con su administración (una práctica que ligó inevitablemente a Televisa y El Universal con el mandato priista). Para garantizar estas declaraciones, el presidente mexicano asegura que se transparentarán los contratos que su gobierno realice con medios de comunicación, todo con la intención de informar realmente a dónde va el dinero.
Esta última iniciativa es una respuesta inmediata a la famosa Ley Chayote, en donde se permitió “un uso arbitrario y discrecional de la repartición de la publicidad oficial y genera censura a los medios de comunicación y periodistas críticos”, señaló en su momento la senadora poblana Martha Tagle. La iniciativa iba presentada, apoyada y aplaudida por el PRI, el partido Verde y los extintos de Nueva Alianza.
Para aclarar que su administración no impondría líneas editoriales, López Obrador presentó una terna de periodistas y comunicadores que se harán cargo de los medios públicos dependientes totalmente de recurso federal (Once TV, Canal 22, Notimex, entre otros). Con nombres a cargo como Jenaro Villamil o Susana Sanjuan, el presidente apuesta por dar carta abierta a que sean ellos quienes manejen el contenido, y no el presidente: una costumbre histórica en México.