Cada presidente de México tenía disponible cinco mansiones para vacacionar
Entre los privilegios que suponía ser presidente de un país como este, se encontraban propiedades de lujo que podían usar a placer para desarrollar sus actividades de gobierno o simplemente darse unos días de descanso en total opacidad. Si la residencia oficial de Los Pinos encierra aún muchos misterios, lo hacen aún más cinco mansiones que estaban al servicio de los presidentes mexicanos para vacacionar sin intromisiones externas.
Sus ubicaciones son estratégicas. Fueron resguardadas por el Estado Mayor Presidencial, la protección élite de los mandatarios políticos en México, y se sabe poco de ellas. Todo esto gracias a un sistema de secretos que no permite acceder a información precisa sobre su ubicación exacta, el dinero destinado a su construcción, reparación y mantenimiento, además de su función ahora que López Obrador decidió renunciar a estas posibilidades.
Dos de ellas están localizadas en puntos turísticos importantes para México. La primera se encuentra en Cozumel, en el cuerno sur del país, y la otra en la que fuera la playa más famosa del continente americano: Acapulco. Las mansiones tienen como función principal recibir al presidente y su familia para que pasen tiempos de descanso, todo a costa del erario público para su resguardo y mantenimiento.
Pero no hay informes que permitan saber cómo y quiénes las han usado
Además, se sabe de otra propiedad de lujo para descanso de los presidentes mexicanos. Conocida como la Quinta Allende, se trata de una mansión completa ubicada en el pueblo mágico más importante del país: San Miguel de Allende, en Guanajuato. La característica que reúnen estas mansiones es la de apartarse lo más posible del ajetreo y la vida política de la capital mexicana. Después de meses de presión y trabajo en Ciudad de México, los presidentes mexicanos y altos mandos de su gobierno podían solicitar estas casas para vacacionar.
Las cancelaciones de agenda para descanso de los presidentes mexicanos no son raras. Enrique Peña Nieto se daba constantes vacaciones durante su sexenio, en ocasiones por más de cuatro días. Lo hizo por última vez a punto de abandonar el puesto, el 30 de julio del 2018. También vacacionó en febrero del 2013, diciembre del 2014 y diciembre del 2017, en la mayoría de estos descansos visitó Sinaloa y la riviera nayarita.
Felipe Calderón también se dio varias vacaciones. Se sabe que el expresidente creador de la guerra contra el narcotráfico utilizó la famosa Quinta Maya, la mansión que mencionamos en Cozumel. Ahí pasó fiestas entre 2011 y 2012, teniendo a esta mansión a su servicio como una de sus favoritas. La mansión en Cozumel fue construida en tiempos de Ernesto Zedillo, sin saberse aún los costos totales de la propiedad,
Datos de la revista Proceso señalan que existe otra propiedad al servicio del presidente en el Estado de México, un rancho enorme en el municipio de Huixquilucan.
Lo cierto es que a pesar de las peticiones de información, no se sabe qué muebles hay dentro, qué obras de arte, cuánto cuesta su mantenimiento, quién es el responsable directo de la seguridad en cada mansión o quiénes se han hospedado periodos largos en estas cinco propiedades al servicio de la élite política mexicana. Lo que sí se sabe es que son propiedades heredadas de gobiernos priistas del siglo pasado.
Mira toda la información en esta nota de la revista Proceso.