Desaparecieron 33 obras de arte que estaban en Los Pinos
Era inevitable que al abrirse las puertas de la residencia oficial de los presidentes mexicanos se reportarían objetos perdidos. Los mexicanos que han visitado a diario las diferentes casas en Los Pinos han encontrado desde un búnker de investigación hecho con tablaroca hasta habitaciones de lujo financiadas con los impuestos de la gente. Ahora, no se encuentran 33 obras de arte de artistas mexicanos.
En los pasillos de Los Pinos se presumen pinturas enormes de cada mandatario que habitó la casa. Desde que Lázaro Cárdenas decidiera mudarse a esta mansión pegada al bosque de Chapultepec, todos los presidentes mexicanos han mudado sus cosas en cuanto toman posesión. Ahí vivieron Salinas de Gortari, Luis Echeverría, Díaz Ordaz, Felipe Calderón, Vicente Fox, Enrique Peña Nieto, entre otros. Varios artistas mexicanos solicitan información sobre obras de arte que les solicitaron hace años.
Durante el gobierno del priista Salinas de Gortari se solicitó a varios artistas del país realizar obras para adornar los pasillos de la residencia oficial. Los Pinos sostuvieron el trabajo de Francisco Toledo, Sergio Hernández, Irma Palacios, entre otros, y ahora no se sabe en donde quedaron las pinturas. Por lo tanto, se ha emitido una alerta desde la comunidad cultural para conocer el paradero de las obras de arte encargadas en tiempos del PRI.
Al abandonar la casa presidencial, Enrique Peña Nieto dejó los muros vacíos
Ahora, la secretaría de Cultura deberá investigar qué fue de esas obras de arte reportadas. Por el momento, la respuesta oficial es que no fueron robadas, simplemente no se han podido localizar. Este saqueo de arte deja ver la capacidad de los presidentes y sus familias por disponer totalmente del patrimonio interior de Los Pinos, un terreno de 56 mil metros cuadrados que deja en ridículo a la Casa Blanca norteamericana. Ahí se evitó durante décadas que los medios o las personas conocieran su interior.
Lo que encuentran los visitantes que a diario visitan la mansión presidencial es un vacío total: no hay sillas, muebles, pantallas ni pinturas de artistas mexicanos. Después de que el presidente López Obrador anunciara que no viviría en Los Pinos, se anunció que este recinto sería un centro cultural enorme en una de las zonas verdes más importantes de la capital mexicana. El 1 de diciembre, mientras el tabasqueño tomaba protesta, los primeros visitantes recorrieron de forma gratuita las instalaciones.
Anteriormente, a Los Pinos solamente entraban miembros selectos de la política mexicana, empresarios de renombre, amigos de las familias presidenciales y algunos artistas o figuras mediáticas. El control de la seguridad de esta residencia oficial era efectuado por el Estado Mayor Presidencial, una fuerza élite militar al servicio del presidente y sus cercanos. Los privilegios de la familia de Enrique Peña quedó clara cuando amedrentaron a un periodista que le tomó fotos en París a Angélica Rivera. Ante estas muestras de autoridad, Obrador decidió ponerle fin a este servicio de seguridad.
Pero en los muros de Los Pinos no solamente había 33 obras mexicanas. Generalmente se donan obras del INAH o del acervo exclusivo de la secretaría de hacienda. Todo esto era prestado y se devolvía cuando terminaba una presidencia, todo para que el siguiente decidiera qué obras habrían de adornar sus muros. Otras instituciones que prestaron obras a las familias presidenciales fueron el museo Nacional del Arte, el Rufino Tamayo, el Carrillo Gil, el de Arte Moderno y varios centros artísticos y museos que dependen de capital federal.
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