Existe un pacto entre AMLO y el PRI para perdonar a Peña Nieto: PRD | BREAKING

Existe un pacto entre AMLO y el PRI para perdonar a Peña Nieto: PRD

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Detrás de cada promesa de campaña se encuentran mesas de diálogo y en ocasiones acuerdos por debajo. Para que López Obrador prometiera de repente no perseguir a la alta clase política del PRI y optara por el perdón o la amnistía, fue necesario un acuerdo entre el tabasqueño y hombres de peso del partido más antiguo de México, asegura Carlos Navarrete. El perredista que fuera presidente del partido amarillo asegura que detrás del acuerdo está Luis Videgaray.

Después de seis años de polémica, corrupción y derroche de recursos, pareciera inevitable que se abra un proceso en contra de Enrique Peña Nieto y prácticamente todo su gabinete. Pero López Obrador en su tercer intento presidencial ha prometido un gobierno de no venganza, en donde no se irá detrás de las élites del poder que durante décadas prometió perseguir. Todo esto se entiende después de un acuerdo que generó Videgaray con Obrador antes del segundo debate presidencial, en donde el tabasqueño hizo más sólida su promesa de amnistía.

Luis Videgaray ha resultado ser el cerebro detrás de las grandes decisiones políticas del peñismo. Si bien no por ser el cerebro significa que las decisiones hayan sido las mejores, sí se puede entender al aún canciller mexicano como el operador político de más peso: incluso por encima del presidente. Recordemos que Videgaray es un itamita famoso por diseñar las polémicas reformas estructurales que buscaron justificar el regreso del PRI al poder ejecutivo. También fue el hombre detrás de la poco popular aparición de Donald Trump en México.

Navarrete asegura que buena parte del silencio de Peña Nieto y su gobierno en tiempos de campaña se dio gracias a este acuerdo. El PRI no operó con toda su fuerza en contra de Obrador gracias a la alianza entre el tabasqueño y el canciller mexicano, pero sí se lanzaron con una fracturada investigación en contra de Ricardo Anaya. El líder panista había encendido la mecha de una bomba que estaba por explotar en Los Pinos: prometió llevar a prisión a Peña Nieto. Esto habría fortificado el acuerdo entre Videgaray y el nuevo gobierno de izquierda, asegura el perredista. 

Lo cierto es que esto es una declaración a la revista Proceso de Carlos Navarrete, un personaje también polémico del PRD. El partido del sol amarillo abanderó en dos ocasiones la intención presidencial de López Obrador y, en el tercer intento del tabasqueño, los perredistas se aliaron a Acción Nacional con un conservador joven como candidato presidencial. La derrota electoral golpeó a ambos partidos, pero sin duda el perredismo nacional fue el más afectado, incluso con miras a que el partido desaparezca en los próximos años.

A pesar de las reservas por las declaraciones de Navarrete, se puede comprender esa “transición de terciopelo” que Enrique Peña Nieto le ha regalado a López Obrador después del contundente triunfo del primero de julio. No ha habido ninguna traba política que pudiera truncar la compleja transición entre un gobierno neoliberal y uno de izquierda. Incluso se negoció la clausura del aeropuerto en Texcoco, promete Navarrete. Todo a cambio de que no se persiguiera a Peña Nieto y su gabinete.

Esto podría explicar la tendencia de Obrador a prometer perdón a “la mafia del poder” y más en específico a los “chivos expiatorios” como Rosario Robles, una mujer que fue igual de cercana a López Obrador en el pasado como ahora a Enrique Peña Nieto. Lo cierto es que con acuerdo o no, el tabasqueño ya prometió para marzo una consulta popular en donde se tocará el tema de persecución a expresidentes de México. “Desde Salinas hasta Peña Nieto”, sentenció Andrés Manuel, con lo que podría quebrar este presunto acuerdo.

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Para rematar, ningún gabinetista de Enrique Peña enfrenta procesos fuertes en su contra. Si bien la presidencia de izquierda que entrará en funciones este primero de diciembre ha prometido otorgar perdones y amnistías, las mayorías morenistas en el senado y la cámara de diputados han prometido agotar todas las posibilidades para llevar tras las rejas a los personajes más polémicos del gabinete peñista. Ahora tocará a los mexicanos decidir si Peña Nieto será perseguido por la ley, con lo que Obrador podría lavarse las manos.

Carlos Navarrete asegura contar con fuentes sólidas que confirman este acuerdo entre el gobierno peñista y el obradorista. Lógicamente, el perredista no piensa revelar nombres, pero sí confirma que el PRI sabía que con Antonio Meade no tenían ni una sola oportunidad de ganar la presidencia. Para Navarrete no se puede entender la amplia ventaja de Obrador en las elecciones, el silencio del PRI al aceptar la derrota y la transición cómoda si no es gracias a este pacto.  

Navarrete señala que Obrador puso varias solicitudes para generar este acuerdo. Primero: el presidente no haría esfuerzos para truncar el avance de Obrador (recordando a la era Fox que tumbó toda posibilidad al tabasqueño en su primer intento presidencial). Segundo: el PRI debía aceptar rápido la derrota electoral (Meade fue el primero en reconocer su derrota). Tercero: una transición estable (Peña aseguró trabajar de la mano con Obrador para la entrega-recepción y así se hizo). Hasta la redacción de esta nota, López Obrador no ha respondido a estos señalamientos.

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