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El gobierno de Peña Nieto garantiza la vida de Televisa hasta 2041

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Para entender cómo es que llegó al poder Enrique Peña Nieto se tiene que mencionar forzosamente el papel de cómplice que tuvo la empresa Televisa. Partícipes en su ascenso y durante todo su sexenio, esta cadena de televisión acaparó siempre los contratos más jugosos por conceptos de publicidad oficial. El matrimonio entre la televisora más grande latinoamérica y el gobierno federal tiene aún un mes de vida y continúan ciertos acuerdos.

El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), el aparato del estado en temas de este tipo, ha garantizado a Televisa y la otra gran televisora nacional, Tv Azteca, su prestigio como canales de señal abierta durante veinte años más. Con esta decisión del IFT, los dos medios de comunicación que más aportaron a elevar y difundir la narrativa peñista aseguran su reinado en la televisión mexicana, el gran medio por excelencia del público para informarse sobre la realidad nacional.

El nivel de impacto de canales de señal abierta como Televisa han generado que el 96% de los consumidores de televisión en México accedan a sus contenidos gracias a un posicionamiento privilegiado que han logrado con los años. Durante los gobiernos del PRI y también la docena de años panistas en el gobierno federal, ambas cadenas de televisión lograron acuerdos para darles tiempos privilegiados a los comunicados y acciones de gobierno. Esta cantidad de dinero logró, además, que se alterarán las líneas editoriales de Televisa y otros medios para no incomodar a los intereses presidenciales.

El IFT pudo haber tomado esta decisión sobre los más grandes canales mexicanos hasta los próximos meses, cuando estuviera en funciones el gobierno de López Obrador. Pero lo cierto es que se adelantó la decisión y ahora los mexicanos pueden estar seguros de que tendrán Televisa hasta el 2041. Esta decisión es un manantial en el desierto para la empresa que lidera la familia Azcárraga, después de que sus acciones y ganancias han caído en picada en el último lustro.

El otro gran beneficiado de esta concesión es Ricardo Salinas Pliego, un magnate de la minería y dueño de Televisión Azteca, el otro gran canal mexicano de señal abierta. Con presencia también privilegiada en la emisión satelital nacional, también se garantiza la vida  de este canal durante veinte años más. Para dejar en claro el poder de estas televisoras en México, se dio permiso para que sigan operando los canales tradicionales como Las Estrellas, el juvenil Canal 5, el Canal 9 y el más reciente Foro TV. En el caso de la empresa de Salinas Pliego, se garantiza la continuidad de las señales de Azteca Uno, Azteca Siete y ADN 40, el apartado “político” de esta televisora.

Recordemos que durante el gobierno de Enrique Peña Nieto se privilegió a Televisa y se creó toda una nueva camada de comunicadores adeptos al gobierno priista. Entre los grandes favorecidos en este sexenio se encuentra comunicadores como Adela Micha, Carlos Loret de Mola y el caso más obvio de militancia desde la televisión con Joaquín López-Dóriga, un hombre que obtuvo 162 millones de pesos por contratos con el gobierno de Peña Nieto, por lo que ha sido denominado “el micrófono más caro del sexenio”.

Esta determinación también le otorga poder casi absoluto a dos televisores venidas a menos, con pérdida masiva de televidentes y una crisis financiera y de contenidos que los han obligados a replicar modelos extranjeros. Además, se le cierra el paso a que otros canales, con otras visiones menos oficiales, se integren al panel de opciones de televisión abierta en México. Por lo tanto, a pesar de los cambios a futuro, Televisa y Tv Azteca seguirán siendo consentidos para la señal abierta mexicana con señales privilegiadas a pesar de sus crisis internas y su bajo nivel de espectadores.

La decisión del IFT se toma a menos de treinta días de que Enrique Peña Nieto deje el poder. Para expertos en el tema, se trata de un regalo de fin de año y de sexenio para dos empresas que trabajaron siempre a favor de los intereses del gobierno peñista que acumula contratos a su favor y que, al mismo tiempo, censura a periodistas y medios incómodos con su administración. Por el momento, los mexicanos tendrán por seguro que Televisa y Tv Azteca estarán presentes en su vida hasta casi la mitad de este siglo.