El joven mexicano que transforma el unicel en un material reciclable
Héctor Ortíz es un estudiante de ingeniería mecánica en la UNAM y a sus 28 años empezó a desarrollar la primera tecnología amigable para poder reciclar el poliestireno expandido mejor conocido como nieve seca o unicel. Aquí te contamos su historia.
Innovando en el reciclaje del unicel.
Héctor Ortíz estudió ingeniería mecánica en la Universidad Nacional Autónoma de México y a sus jóvenes 28 años descubrió que el poliestireno expandido o como se le conoce popularmente unicel no estaba siendo correctamente reciclado, más bien, no de una forma limpia. Interesado en el medio ambiente desde su infancia, continuó con su interés hasta la universidad al pertenecer a la Sociedad de Energía y Medio Ambiente que lo llevó en conjunto de su compañero, Jorge Luis Hinojosa, a estudiar a profundidad el poliestireno expandido.
La investigación los llevó a desarrollar una tecnología que tiene la capacidad de reciclar el poliestireno expandido con una reducida huella de carbono. Actualmente se encuentra en su tercera versión y es tecnología 100% mexicana. De acuerdo a Héctor, esta tecnología puede ayudar a reducir hasta en un 78% la huella de carbono por el uso de este material.
La relevancia del trabajo de Héctor reside en la constante y creciente crisis de la contaminación por plásticos alrededor del mundo. Casos como la isla de plástico en el pacífico son un ejemplo del grado al que ha llegado la contaminación de estos productos. Estados como Quintana Roo han buscado activamente controlar el consumo y venta de estos productos en afán de mitigar la afectación, aunque quizá no estemos haciendo lo suficiente. Sin embargo, hay que recordar que estos productos sólo se vuelven contaminantes cuando su disposición se hace irresponsablemente, el mal manejo de los residuos.
En realidad, los productos contaminan por su mal manejo. El unicel no tiene otro tipo de contaminación como por ejemplo otros productos que causan daño directo a la atmósfera por su composición o que liberan elementos al medio ambiente. El unicel y en general todos los plásticos no presentan este tipo de contaminación, sino que la contaminación es debido al mal manejo de los recursos.
De acuerdo con la Agencia de Protección al Medio Ambiente, el poliestireno expandido es catalogada como el quinto producto cuya producción contamina más. A esto se suma que puede tardar hasta 800 años en descomponerse. El proceso de descomposición, sin embargo, no lo degrada en realidad, sino que simplemente lo divide en partículas cada vez más pequeñas conocidas como «microplásticos.» Agencias de otros países como la Agencia de Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades en los Estados Unidos consideran al unicel como un material que puede causar cáncer.
Buscan mitigar el costo ambiental del reciclaje.
Actualmente el reciclaje de este producto está asociado con un elevado costo ambiental pues se realiza a través de procesos químicos con solventes orgánicos que emiten contaminantes a la atmósfera. El método propuesto por Héctor Ortíz y José Luis Hinojosa es sumamente innovador, pues no utiliza ningún tipo de químicos, sino es un proceso completamente mecánico.
Héctor y Jorge no se conformaron únicamente con el desarrollo de la tecnología, sino que decidieron emprender con base en ella. El nombre de la empresa es Rennueva y tiene su centro de operaciones en la capital del país. A ella acuden decenas de personas a vender el material a la empresa y colaboran la empresa Dart que cuenta con un centro de acopio para recolectar el material. El centro de acopio de Dart tiene la capacidad de canalizar hasta 4 mil toneladas de unicel y opera desde 2010.
Decidimos buscar diferentes alternativas para tener la mayor cantidad de personas posibles que pudieran reciclar su material y hacer del reciclaje de unicel una realidad en el país. Así es que nosotros, después de que desarrollamos la segunda etapa de esta tecnología, aperturamos un centro de acopio en noviembre de 2016 y a la fecha lo seguimos operando.
Entre Rennueva de Jorge y Héctor y las empresas Dart y Marcos & Marcos, dedicada a la elaboración de marcos para fotografías de unicel, emprendieron la creación de un Plan Nacional de Manejo de Residuos de EPS (polietileno expandido). El plan fue aprobado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y en él se plantean mecanismos para el manejo del EPS y su posterior reciclaje.
Para la industria propone la elaboración de estrategias de manejo de residuos y colectas de poliestireno expandido para su traslado a centros de reciclaje. Para las pequeñas empresas se plantea apoyarlas con infraestructura para que puedan apoyar en la cadena de reciclaje.
En el caso del gobierno, se propone la difusión de programas de reciclaje y la participación activa a través de las políticas públicas para la valorización de estos residuos en los municipios y estados.
El plan de colaboración con el gobierno ya ha dado resultados. Recientemente la empresa Rennueva logró generar sinergias con la Alcaldía de Cuauhtémoc en la Ciudad de México, dónde, por cierto, se encuentra ubicada la empresa. Gracias a esto, Rennueva ha podido ir a escuelas a dar pláticas respecto al tema y concientizar acerca de la importancia de reciclar y evitar el mal manejo de los residuos de EPS.
Las políticas prohibicionistas podrían no ser las adecuadas.
Muchos países al respecto han emprendido campañas para combatir la contaminación derivada de los plásticos. Casos como el de las Islas Galápagos en 2014, dónde se prohibió el uso de plásticos y envases de unicel son un ejemplo de aquello. En respuesta, el gobierno de la Isla decidió empezar a promover el uso de bolsas de tela y recipientes reutilizables. Lamentablemente hoy en día, eso no ha impedido que miles de toneladas de basura arriben a sus playas, derivado de la contaminación en lugares tan lejanos como las Filipinas. Héctor, además, no está muy convencido de que estas medidas realmente resuelvan el problema, sino que en realidad podrían estar olvidando algo.
En el caso de nuestro país y de muchos países de Latinoamérica, muchas veces acciones de este tipo de prohibición, más allá de beneficiar al medio ambiente se convierten en una cuestión que perjudica al desarrollo sustentable. Debemos recordar que el desarrollo sustentable tiene tres pilares, la parte económica, la parte social y la parte ambiental. Éstas alternativas de prohibición afectan al sector económico y algunas veces hasta el social. A través de esquemas de valorización se pueden fomentar acciones productivas y aparte mitigar la huella ambiental.
A pesar de esto, cada vez más gobiernos se suman a este tipo de prohibiciones. Como ejemplo, el 12 y 17 de septiembre, los municipios de Oaxaca de Juárez y Zacatelco, prohibieron el uso del unicel para la venta y empacamiento de alimentos y bebidas. Al parecer incluso los pobladores parecen estar de acuerdo con la medida, pues gracias a la difusión que se le ha dado a la venta de los productos en envases ecológicos, las ventas de esos establecimientos han mejorado.
Héctor Ortíz insiste en que el problema es el manejo de los recursos y no necesariamente su existencia. Hizo un llamamiento a la sociedad a sumarse al combate del mal manejo y colaborar para llevar los desechos a un centro de acopio.
Nosotros estamos buscando que los gobiernos locales también nos apoyen con la infraestructura para hacer que el material sea lo más sencillo para reciclar para las personas comunes.
Buscan mejorar y eficientar su tecnología.
Para finalizar, Héctor dijo que su alternativa se presenta como una opción para solucionar la contaminación producida por los plásticos, aunque dijo que aún puede perfeccionarse. Recientemente, Héctor se encuentra buscando mejorar su tecnología para reducir aún más la huella de carbono producida y eficientar el proceso. De igual manera está trabajando en fortalecer las campañas de difusión para concientizar a la población sobre la posibilidad de poder reciclar el poliestireno expandido y de llevarlo a centros de acopio para su reciclaje.
No sólo se trata de un desarrollo tecnológico de la máquina en sí, sino también a un desarrollo de la logística y de diferentes herramientas que permitan, primero que nada, informar que el unicel se puede reciclar y cuáles son las formas de hacerlo.