Hospitales de Alta Especialidad, subutilizados y sin recursos ni personal suficientes
En su reportaje «Hospitales de Lujo, servicios deficientes», Animal Político describe las condiciones en que varios Hospitales Regionales de Alta Especialidad (HRAE) fueron construidos. De acuerdo con la investigación, su construcción respondió más a cuestiones políticas que de interés en la salud pública.
Un sistema hospitalario de alta especialidad subutilizado.
Los Hospitales Regionales de Alta Especialidad se parecen poco a los tradicionales hospitales públicos mexicanos. No hay acumulaciones de personas, relucen de limpios y la saturación es prácticamente inexistente en cualquiera de sus servicios. Varios de los hospitales de especialidades operan a un 50% de su capacidad o menos, sin embargo, hospitales aledaños operan por encima de su capacidad y están al borde del colapso. ¿Por qué?
Los hospitales fueron construidos bajo la modalidad Asociación Público Privada mejor conocida como APP (a-pé-pé). De acuerdo con una investigación llevada a cabo por The Global Health Group de la Universidad de California (UC) en conjunto con PWC, los hospitales fueron construidos con fines políticos más que de salud pública.
La investigación de la UC y PWC dijo que la razón detrás de construir hospitales de especialidades en vez de hospitales más pequeños que hubiesen reducido la brecha de acceso a la salud, fue por el impacto político de los hospitales de alta especialidad.
Los grandes hospitales especializados son más favorables desde el punto de vista político, ya que brindan acceso a los pacientes más enfermos que más lo necesitan.
Sin justificación, sin razón de ser.
En México existen un total de siete Hospitales Regionales de Alta Especialidad. Tres de ellos fueron construidos a través de la modalidad APP. Un informe desarrollado por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) cuestiona las razones detrás de la construcción de los recintos hospitalarios.
El informe detalla que si bien se supone que los hospitales debieron ser construidos con base en criterios técnicos y de demanda, es decir, a través de una investigación que arroje datos sobre la demanda de servicios de medicina de alta especialidad para su localización geográfica, la realidad fue otra. De acuerdo a información recabada de auditorías e informes de distintas instituciones educativas y de consultoría, la ubicación y tamaño de los hospitales no fue decidido únicamente con base a estos criterios, sino más bien con fines políticos.
Concesionados por décadas.
El primer hospital construido bajo la modalidad APP fue el HRAE del Bajío ubicado a las afueras de León, Guanajuato durante la presidencia de Vicente Fox. El hospital fue concesionado a la empresa española Acciona S.A. para operar hasta 2030 y tuvo un costo de mil 147 millones de pesos.
El segundo hospital construido bajo esta modalidad fue el Hospital de Alta Especialidad Bicentenario ubicado a las afueras de Ciudad Victoria, Tamaulipas. El recinto fue entregado en 2007 durante el gobierno de Felipe Calderón y fue construido por un monto de mil 456 millones de pesos y concesionado a la empresa Manhos hasta 2032.
Posteriormente, en 2009, se concesionó la construcción del HRAE de Ixtapaluca en el Estado de México. El nosocomio fue concesionado a las empresas GIA+A, Assignia y Eductrade y se ubica a un costado de la carretera México-Puebla. Cabe destacar que la empresa GIA+A es presidida por Hipólito Gerard Rivero quien es además cuñado del expresidente Carlos Salinas de Gortari. Gerard Rivero ganó una concesión más en 2016 para construir un hospital del ISSSTE en Mérida, Yucatán; la construcción fue propuesta de la empresa al gobierno.
La Auditoría Superior de la Federación a través de una revisión efectuada con el fin de fiscalizar la infraestructura y equipamiento de los hospitales, dijo que no había justificación para su construcción. El informe detalla que el gobierno no mencionó o consideró equipar otros hospitales o bien convertirlos en HRAEs ni justificó su localización.
Realizan funciones ajenas a su naturaleza.
A todas las irregularidades se suma que los nosocomios operan principalmente como centros de urgencias más de que de especialidad. En el HRAE de Yucatán, 65% de los pacientes que son dados de alta fue tras una urgencia. Lo anterior denotando las grandes carencias que existen en otros hospitales en la zona conurbada de Mérida.
En pocas palabras, los hospitales se están usando para funciones completamente distintas a las que deberían tener principalmente. De acuerdo a MCCI, estos hospitales sólo deberían de atender el 5% de los padecimientos, los Generales o de segundo nivel, el 15% y los centros de salud el resto. Sin embargo, no se logran colocar adecuadamente a los pacientes en los niveles requeridos lo que ocasiona subutilización y sobreutilización al mismo tiempo, de las instalaciones de salud.
Subutilización por falta de personal.
Un claro ejemplo de la subutilización de los hospitales de alta especialidad se puede apreciar en el HRAE de Ixtapaluca que, a pesar de contar con un mastógrafo, 246 camas y catorce quirófanos, no hace ni una sola mastografía al día, sólo están habilitadas 110 camas y sólo funcionan cinco de los quirófanos. En total, ambos HRAE en el Estado de México apenas realizan 1.32 mastografías al día. Un sólo mastógrafo puede hacer hasta 50 estudios al día y uno utilizado sólo para diagnóstico de cáncer de mama, hasta ocho.
La situación se replica en el resto de los HRAE. El de Ciudad Victoria usa 50 de las 94 camas que tiene y de estas camas, no se usan en su totalidad pues apenas tiene 42.2% de ocupación. El del Bajío, a pesar de tener 184 camas, todas en funcionamiento, usa el 56.6% de ellas. El de Zumpango en el Estado de México, usa el 49.3% de sus camas.
Por si esto fuera poco, los pacientes que atienden a estos hospitales, aún siendo de tercer nivel, tienen la idea de que están saturados, de acuerdo a una encuesta llevada a cabo por MCCI, el 43.7% de los pacientes consideró la saturación hospitalaria como uno de los principales problemas.
En entrevista con Animal Político, Manuel de Llata Romero, director de la Coordinación de los Hospitales Regionales de Alta Especialidad justificó la situación debido a la naturaleza de los pacientes que reciben. De la Llata Romero dijo que el problema es que reciben a pacientes que ya deberían de estar diagnosticados, no a pacientes que deberían ser diagnosticados en el lugar, lo que ocasiona la subutilización.
Déjeme comentarle el ejemplo del Bajío: prácticamente el 90% de los casos son referidos. De hecho, en el Bajío no hacemos mastografías, porque son hospitales de alta especialidad, los pacientes son referidos de diferentes hospitales ya para un tratamiento particular; no hacemos el escrutinio inicial nosotros, en general
El caso de equipos subutilizados no se manifiesta exclusivamente en los mastógrafos, sino en otros equipos como los de resonancia magnética. Estos equipos apenas realizan 4.5 estudios al día, cuando podrían hacer hasta 10. El HRAE que hace mejor uso de estos equipos es el de León en Guanajuato, que hace 8 estudios al día y el que menos los utiliza es el de Zumpango en el Estado de México que hace apenas una diaria. Lo anterior de acuerdo a los datos publicados por MCCI en su estudio «Salud deteriorada.»
La situación se extiende también a los tomógrafos, aunque en menor medida. Estos equipos pueden hacer hasta 16 estudios al día, sin embargo, ningún hospital llega a ese número. Nuevamente el del Bajío en León, es el que más uso hace de ellos con 15.2 estudios al día. En promedio todos los HRAE hacen 10.1 tomografías al día.
La situación no encuentra su razón de ser puesto que hay una gran demanda para estos estudios. Animal Político coloca como comparación el caso de Canadá, dónde una persona espera en promedio 4.6 semanas para una tomografía mientras que en México el número se eleva a 10.9 semanas. El de Zumpango es el que más subutiliza sus equipos con apenas 3.9 tomografías al día. De siete hospitales con tomógrafos en el Estado de México, únicamente tres se encuentran utilizándolos, los otros cuatros reportan sus equipos en inactivo.
El hospital de Zumpango es además el que cuenta con el mejor equipo de todos. Adicional a estar equipado con tomógrafo, mastógrafo y equipo de resonancia magnética, es el único que cuenta con un robot Da Vinci para realizar operaciones delicadas. Inclusive, este hospital fue el primero en adquirir este tipo de equipos, sin embargo, opera a un 7.6% de su capacidad, un completo desperdicio. El robot tiene un costo de 59 millones 903 mil 901 pesos más el costo de mantenimiento, sumándole esto, el costo por utilizarlo por 10 años es de 432 millones 764 mil 559 pesos de acuerdo con el informe de MCCI. El robot tiene la capacidad de realizar hasta 700 operaciones al año; el de Zumpango ha realizado 220 en cuatro años o 55 por año.
Hospitales caros y desperdiciados.
Cada año la Secretaría de Salud Federal paga 457 millones 800 mil pesos por la operación de los hospitales a las empresas operadoras. Este monto es prácticamente fijo y considera un 80% de capacidad ocupada, aunque en la realidad puede llegar a ser menor al 50%. El único hospital que supera la ocupación instalada es el de Oaxaca con 88.3% de las camas ocupadas.
De las 524 camas con las que cuentan estos hospitales federales (el resto son estatales), únicamente se utilizan 340. El segundo número es que se utiliza para medir si los hospitales alcanzaron su meta o no, fijadas en la Matriz de Indicadores de Resultados de la Secretaría de Salud. La Secretaría argumenta la subutilización de las camas a la falta de personal pues la SHCP no asigna los recursos suficientes para contratar al personal faltante. Al respecto, de la Llata comentó lo siguiente a Animal Político.
En estos dos hospitales no tenemos todas las plazas del personal que se requiere, y esto es en parte la explicación del por qué no hemos logrado la ocupación completa
La curva de estos hospitales (de alta especialidad) es mucho más lenta que en los hospitales generales. Primero porque se contratan médicos especialistas que se también se forman en los HRAE, en Institutos Nacionales o en el Seguro, en el ISSSTE, y la contratación ha venido siendo gradual. En algunos de ellos no están completas las plantillas, eso pudiera explicar por qué la ocupación no es del todo satisfactoria
Sin embargo, la subutilización no sólo se traduce en equipos y camas, sino en general a todo lo que comprende la prestación de servicios. El hospital de Ixtapaluca, por ejemplo, tiene la capacidad de otorgar 320 mil consultas y 15 mil 264 egresos al año más, en 2017 sólo ofreció 91 mil 444 consultas y 5 mil 839 altas, una tercera parte de lo que podría. A pesar de esto, el hospital recibió un presupuesto de mil 059 millones de pesos.
De igual manera en el Hospital de Alta Especialidad de Ciudad Victoria «Bicentenario«, brindó 2 mil 008 egresos y 24 mil 056 consultas de los 5 mil 500 y 142 mil que podría ofrecer, respectivamente. De acuerdo a MCCI, no existe información del resto de los hospitales.
El problema no es el modelo sino la planeación.
El coordinador de la investigación «Salud deteriorada» de MCCI, Mauricio Hernández, mencionó en entrevista con Animal Político que el problema no es el modelo de Asociaciones Público Privadas, sino el cómo funciona. Afirmó que lo que se debería de hacer es renegociar los contratos pues estos no toman en cuenta la subutilización actual de los hospitales. Inclusive destacó las virtudes del modelo como un mecanismo para prevenir la corrupción.
El modelo de APPs se diseñó para quitar la posibilidad de corrupción en la construcción y operación de hospitales, que sucede frecuentemente en México. En este modelo se hace una sola negociación, y lo que tratas de hacer en este convenio es balancear los riesgos: que la empresa que financia no pierda por una mala planeación, y que el Estado no pierda tampoco por esquemas de corrupción.
La situación por otro lado no es la ideal, ya que, si bien los hospitales cuentan con equipo e instalaciones de primera, al no haber planeación, recursos y personal, son un desperdicio y quien termina pagando los platos rotos es el Estado. Están mal ubicados, carecen de personal, y no cuentan con la cantidad de pacientes suficientes para justificar los gastos.
Ahora, son hospitales que no están bien diseñados para actuar en redes, no reciben el número de pacientes que deben, o no están accesibles a los pacientes. Entonces este balance de riesgo aquí le está cayendo al Estado, y el Estado está pagando más dinero por un servicio que no se está dando. Entonces debería haber una reeducación de riesgos”, afirmó.
Cabe destacar que empresas como Acciona S.A. y GIA+A tienen actualmente contratos con el gobierno de Enrique Peña Nieto. En el caso de Acciona S.A. se está haciendo cargo de la construcción del edificio terminal del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, cuya construcción pende de un hilo. En el caso de GIA+A le fue concesionado vía otra APP, el Hospital Materno Infantil del ISSSTE de la ciudad de Mérida. Como se mencionó párrafos arriba, el presidente de GIA+A, Hipólito Gerard Rivero es cuñado del expresidente Carlos Salinas de Gortari.
El artículo completo puede ser hallado en Animal Político, la investigación «Salud Deteriorada» puede ser consultada en la página de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.