En la era AMLO solamente habrá embajadores que tengan carrera diplomática | BREAKING

En la era AMLO solamente habrá embajadores que tengan carrera diplomática

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Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto quedó claro que las embajadas mexicanas repartidas por el mundo podían ser un regalo político para amistades del mexiquense. Una buena parte de los representantes mexicanos del servicio exterior resultaron ser excandidatos políticos, cercanos al PRI, empresarios, abogados y otros perfiles que nada tenían que ver con el Servicio Exterior Mexicano.

Para liderar una embajada o trabajar en ella, la mayoría de países exigen a sus representantes contar con una trayectoria sólida ligada a la diplomacia. En México se concedieron puestos clave en embajadas de nuestro país en el extranjero a personas poco capacitadas. Para eliminar este problema, ya se informó que el futuro gobierno de López Obrador no concederá este tipo de cargos en el extranjero a personas que no pertenezcan al servicio diplomático mexicano.

Este cambio les fue informado a los actuales embajadores mexicanos en el mundo y a sus equipos de trabajo. Recordemos que una embajada mexicana en el extranjero se compone de un embajador, un ministro, un consejero, tres secretarios y algunos agregados diplomáticos. En Breaking ya informamos sobre los altos sueldos que llegan a recibir estos representantes, con sueldos de hasta 186 mil pesos mensuales (en el caso del embajador mexicano en Haití, el país más pobre del mundo).

Para la última reunión de embajadores mexicanos que tendrán en la Ciudad de México se les informó que debían poner sus cargos a disposición a finales del mes de octubre; lo mismo para sus equipos de trabajo, que tendrán hasta el último día de la presidencia peñista. Con esto, se pretende eliminar a una burocracia que poco tiene que ver con el servicio exterior. El tema será decidido totalmente por Marcelo Ebrard, próximo canciller mexicano, que ya anunció una revisión profunda a los perfiles actuales. Muchos se quedarían y los que no estén relacionados o no tengan la capacidad, serán despedidos.

La idea del gobierno obradorista es la de ratificar en el puesto a todo el personal capacitado que forme parte del Servicio Exterior Mexicano. Pero sí pretender cortar de tajo con representantes de formación nula o alterna a lo que se exige en una embajada. Recordemos que Enrique Peña le concedió la embajada mexicana en Cuba a Enrique Martínez y Martínez, un economista que no está relacionado con la diplomacia y que tuvo a cargo una secretaría estatal en el gabinete del mexiquense cuando fue gobernador. Lo mismo en Suiza, en donde labora Francisco Trenti, un excandidato priista.

El presidente mexicano es el único capaz de poner o remover a un embajador en el extranjero. Con esta toma de decisiones bastante cerrada, el gobierno de López Obrador asegura ofrecer garantías a los trabajadores en las embajadas, siempre y cuando estén capacitados para la tarea. Por el momento, López Obrador no ha tocado demasiado el tema del servicio exterior. Entre polémicas por asuntos petroleros, de austeridad y políticos locales, solamente se ha hablado públicamente de Martha Bárcena como la posible embajadora mexicana en Estados Unidos.

La práctica de solicitar la renuncia a finales de sexenio para los trabajadores del servicio exterior es bastante común, señala un funcionario al diario La Jornada. Pero generalmente se ratificaban cargos sin profundizar en el perfil de los elegidos, el gran cambio vendría con el primer gobierno de izquierda en México. Por lo tanto, hay incertidumbre para miles de trabajadores de rangos más bajos en embajadas nacionales repartidas por el mundo. Recordemos que muchos de ellos tienen contratos que se renuevan cada año y estos cambios pueden alterar la vida escolar de sus hijos en estos países.

Ebrard ha dejado bien claro qué busca en los trabajadores del servicio exterior. El “personal desempeñará funciones especializadas en adscripciones determinadas, de conformidad con los referidos perfiles y las necesidades del servicio. Dicho personal desempeñará funciones por un plazo que no excederá los seis años”, señala el documento que fue enviado a todos los trabajadores en embajadas mexicanas.