Peña Nieto ha premiado a amigos con puestos en embajadas mexicanas
Para cualquier país del mundo resultaría lógico mandar a diplomáticos de carrera a atender sus embajadas en el extranjero. La norma dicta que para ser embajador es necesario contar con el perfil adecuado, dominar el idioma, las cuestiones políticas-migratorias del país a donde se va, entre otros requisitos muy precisos. En el caso de México, se han regalado cargos de embajador a amigos políticos presidenciales. Algunos incluso acusados de actividades ilegales en el extranjero.
En una mirada rápida al panorama actual, podemos ver que el presidente Enrique Peña le ha dado al menos cuarenta embajadas a políticos que nada tienen que ver con la diplomacia. Todo empieza desde la secretaría de Relaciones Exteriores, que se encuentra liderada por Luis Videgaray, un economista que ha declarado públicamente que no tiene idea de cómo se trabaja en el sector diplomático y que habría de aprender sobre la marcha.
La práctica no es nueva. Ya desde hace décadas el PRI ha premiado a sus cercanos con cargos en embajadas mexicanas. Desde Octavio Paz hasta Carlos Fuentes, ambos escritores, pasando por priístas como Orlando Arvizu o Blanca Alcalá, la carencia de diplomacia parece regir a los convocados a embajadores nacionales en el extranjero. Por el momento, los perdedores de elecciones a gobernador o antiguos secretarios completan la nómina diplomática.
En Breaking hemos reunido información sobre la difícil tarea que tienen ciertas comitivas mexicanas en el extranjero. Hay capitales del primer mundo en donde los puestos más bajos de la diplomacia mexicana pasan por una crisis financiera. A todo esto se le puede agregar el dato de que muchas veces el embajador en turno no tiene idea ni capacidad para sostener su puesto. Ejemplos hay varios.
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El actual embajador mexicano en Canadá es un economista cercano a Felipe Calderón. En el caso de la embajada mexicana en Cuba podemos ver que está encabezada por Enrique Martínez y Martínez, otro economista que no está relacionado con la diplomacia y que tuvo a cargo una secretaría estatal en el gabinete de Enrique Peña Nieto. Ambos con sueldos que alcanzan los 190 mil pesos mensuales.
Para entender sus designaciones es necesario ver la ley vigente en materia de relaciones exteriores. El presidente mexicano en turno tiene toda la facilidad de designar, colocar o remover embajadores nacionales por todo el mundo. México tiene actualmente 80 embajadas en todo el mundo. Por lo tanto, la mitad de los embajadores nacionales no están relacionados con la diplomacia internacional, con lo que queda claro que no hay una intención del peñismo por colocar a perfiles capacitados en los cargos.
La lista continúa. El embajador mexicano en Italia es el empresario y miembro del partido Verde, Juan José Guerra Abud. El embajador en Suiza es Francisco Trenti, un reconocido abogado priísta que perdió en su intento por gobernar Baja California hace unos años. Otro caso polémico es el del priista Fernando Bernés, un licenciado en ciencias políticas que gobernó Campeche y ahora es embajador de nuestro país en Paraguay. A pesar de su incapacidad, todos cobran sueldos arriba de los 150 mil pesos mensuales.
Con esto queda claro que el peñismo ha favorecido a políticos cercanos al presidente con puestos clave en distintos países del mundo. A pesar de la clara falta de visión para nombrar personal calificado en las embajadas mexicanas, la ley aún le da poder total al presidente para decidir quién dirigirá estos puestos clave, esté capacitado para la tarea o no.