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Tacones altos y faldas cortas, termina uso de edecanes en el gobierno de la CDMX

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Tacones altos y faldas cortas son los requisitos indispensables que decenas de mujeres ostentaron durante por lo menos la última década, laborando como edecanes para las distintas ordenes de gobierno, tanto federal como local. Tal parece que ahora el acoso y las largas jornadas para estas trabajadoras han terminado, por lo menos en el gobierno de la Ciudad de México.

José Ramón Amieva, Jefe de Gobierno de la Ciudad de México emitió este lunes una circular, en la cual anunció que a partir de esta fecha, el gobierno capitalino dejará de incluir el uso de edecanes en todos su eventos; esto con el objetivo de impulsar el crecimiento profesional de todas las mujeres basado en su competencia y aptitud real.

Tal acción también tiene como prioridad eliminar los estereotipos que pesan sobre las féminas que desempeñan esta actividad, al tiempo que se vigilará que todos los empleados cumplan sus funciones acordes a su nivel de experiencia y habilidades, sin que influyan cuestiones relativas al sexo, apariencia física, edad u origen.

«Todas las personas, las mujeres que incurran o que desarrollen actividades de edecanes o de promotoras serán reasignadas y obviamente consideradas para generar un empleo que vaya ayudando a desarrollar su potencialidad«, explicó Amieva, tras hacer el anuncio

Para ello, cada dependencia será la responsable de crear esquemas de participación de género equitativa en los eventos, esquemas de puestos y el funcionamiento institucional.

Asimismo, también se anunció que en adelante, durante los eventos del gobierno capitalino, “el presidium estará conformado cuando menos por 50% hombres y 50% mujeres y lo mismo sucederá en el uso de la palabra”.

Edecanes, un gasto excesivo

Como ya lo habíamos publicado en febrero pasado, el gasto en la contratación de edecanes para todos los niveles de gobierno, requiere una partida significativa del erario público, misma que este 2018 llegó a los 3.8 millones anuales, aprobados por la Cámara de Senadores.

La investigación aborda que dentro de la nómina de edecanes que laboran para el poder legislativo, las cuales en promedio ostentan sueldos de 8 mil pesos, existen por lo menos cuatro, cuyo salario supera los 20 mil pesos mensuales.

Vale mencionar que el término edecán no es un puesto que figure en la lista de nómina, pues la mayoría de estas mujeres ejercen de palabra, el cargo de Supervisor de Servicios Técnicos Especializados, cuyas funciones varían desde atender las necesidades alimenticias de  los legisladores, hasta hacer relaciones públicas o propaganda política a favor de cierto partido.

De acoso y asesinatos

Uno de los primeros puntos que tocó, Claudia Sheinbaum, al convertirse en la próxima mandataria capitalina es el respaldo a las mujeres, sobre todo a las que ejercen funciones de este tipo para el gobierno local.

De ahí, la importancia del anuncio de elevar al rango de secretaría, al Instituto de la Mujer en la Ciudad de México, el cual estará bajo la dirección de Gabriela Ramírez Rodríguez, ex diputada constituyente, quien denunció abiertamente el acoso que padecen las edecanes ante los senadores.

Sin embargo, esta no es la única voz de condena que ha apoyado a las edecanes; en 2014, la ex diputada Martha Lucía Mícher alzó la voz, denunciando el acoso y las excesivas jornadas de trabajo, de las cuales eran objeto estas mujeres; sin embargo, tal parece que el asunto nunca prosperó.

Pese a ello, los escándalos en otros ordenes políticos también han surgido a la luz; tal es el caso de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, ex líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la CDMX, cuyos abusos conocidos por lo menos desde 2003 llegaron a su fin en 2014, luego de ser comprobada la denuncia por acoso sexual.

Gutiérrez de la Torre contrataba a mujeres como edecanes, con el objetivo de acompañarlo en sus labores cotidianas, pero también les exigía salir a beber con ellas durante la noche, tras la amenaza que de no aceptar serían despedidas.

Asimismo, hay que recordar los múltiples de feminicidios a mujeres que presuntamente ostentaban este cargo, sobre todo aquellas con nacionalidad sudamericana, de cuyas muertes aún no existen cifras oficiales ni están esclarecidas.

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