Peña ya se alista para una posible entrega-recepción con López Obrador
Las últimas semanas de la contienda electoral 2018 no ha mostrado cambios drásticos. López Obrador se mantiene en un lejano primer puesto y Ricardo Anaya y el candidato del PRI no han logrado dar batalla al líder puntero. Aunque aseguran que en sus encuestas ellos van ganando, lo cierto es que faltan pocos días para las urnas y el presidente de México se está moviendo por su cuenta.
Como todo mandatario a punto de abandonar el poder, Peña ha entrado a ese difícil camino que es la entrega-recepción de su gobierno. Gane quien gane el primero de julio, el gabinete peñista habrá de dejar claros los papeleos, trámites, entregas, contactos, avances y todo lo relacionado con su trabajo para que el siguiente gabinete pueda iniciar correctamente. Con el rumbo actual de las campañas, el presidente mexicano planea una entrega a López Obrador.
En Los Pinos también se realizan encuestas diarias para saber cómo está el panorama electoral mexicano. En todas ellas quedan claras dos cosas: que José Antonio Meade no está ni cerca de ganar la presidencia y que López Obrador parece ser el ganador desde hace algunas semanas. Por lo tanto, Peña Nieto ya alista a las personas para esta entrega-recepción. Figura el secretario de Hacienda González Anaya y Alfonso Navarrete.
Ambas figuras son totalmente leales al presidente priísta y le asegurarían una entrega más cómoda del gobierno federal a un posible gobierno de izquierda. Si el panorama pintara mejor para Meade, el presidente tendría un equipo de entrega mucho más cómodo. Lo cierto es que dentro de la tanda de trabajadores encargados de esta tarea están políticos como Claudia Ruiz-Massieu y el académico José Narro.
No hay atajo, ni estrategia, ni tecnología que sustituya la cercanía directa con la gente. Las campañas se debaten en los medios, pero las elecciones se ganan en el terreno.
— Claudia Ruiz Massieu (@ruizmassieu) May 4, 2018
A Peña aún le quedan seis meses de mandato y ha aprovechado sus discursos para insertar la semilla de la desconfianza ante gobiernos “populistas”. También ha comentado los beneficios de su gobierno que muy pocas personas han aplaudido, disminuyendo de a poco su predilección por la campaña del PRI para mantenerse en el poder. Queda claro que el presidente ha dejado en soledad a Antonio Meade.
Del lado de Morena, ya alistan también su ingreso triunfal a la silla presidencial. El partido recién creado se ha mantenido con un alza en las preferencias electorales y podría no sólo asegurarse la presidencia de México, también mayorías en la cámara de diputados y la de senadores. Con esto, el PRI habría de lidiar con un partido de izquierda para realizar las labores de entrega-recepción, algo inédito en el país.
La confianza de Obrador ha permeado en las juntas en Los Pinos, en donde el presidente Peña ha exigido que se levante en cifras la campaña de Meade. El gran fracaso del PRI en estas elecciones presidenciales tendría como principales objetivos a Aurelio Nuño y Enrique Ochoa Reza. Ambos le habrían prometido al presidente una campaña llena de éxito y con una dura competencia contra el candidato tabasqueño.
A poco más de veinte días de las urnas, todos los tableros políticos están generando movimiento para asegurar su participación en los próximos años. El PRI ya analiza cómo seguir adelante después de una nula predilección electoral en esta contienda, y otros partidos y sectores empresariales ya buscan generar diálogos con un posible gobierno encabezado por López Obrador.