Así se viven los días en el cuarto de guerra de Ricardo Anaya | BREAKING

Así se viven los días en el cuarto de guerra de Ricardo Anaya

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Solamente hay hombres de camisa y traje. Hay también un montón de números y cifras. En el cuarto de guerra del candidato conservador Ricardo Anaya se vive un ambiente tenso que cada atardecer se reúne para ver qué puede hacer el candidato para generar carisma entre los mexicanos y cómo es que habrá de empatar al líder de las encuestas.

Información desde dentro de las reuniones del equipo de Anaya dejan ver una tendencia a analizar todo tipo de encuestas. Pero como todo equipo manejan también sus propias cifras. Los hombres del equipo anayista revisan a diarios los números de sus encuestas personalizadas en donde ocupan siempre el segundo sitio. Roberto Trad fue el consultor que el queretano eligió para que a diario le entregara una encuesta telefónico que se le hace a 675 personas.

A menos de un mes de la elección presidencial más costosa en la historia de México, los hombres del perredismo y panismo buscan insertar a su candidato en la preferencia de los 80 millones de votantes mexicanos. La estrategia es difícil porque Anaya representa a dos partidos bastante distintos. El PRD y el PAN siempre han sido rivales y de repente un hombre intenta vender una imagen de una coalición unida.

Pero ya van dos meses de campaña y el día a día ha sido duro. Ricardo Anaya es el candidato que más eventos ha tenido que cancelar por problemas de organización. Las campañas presidenciales son el reto más grande para un candidato y su equipo. Días enteros bajo el sol, discursos que secan la garganta, fotos, abrazos, saludos, promesas y ensayos. A Anaya la fórmula de unión entre izquierda y derecha le ha traído también problemas de organización.

Llamó a conferencias cada mañana y por falta de compromiso decidió cancelarlas. Los medios se lo agradecen, ningún reportero disfruta de madrugar para escuchar promesas de campaña. El equipo de Anaya se tuerce entre cancelaciones de eventos en distintos pueblos del país. Tampoco se han podido concretar varios desayunos clave con gobernadores panistas. La imagen es la de un desconcierto total.

Las encuestas han colocado a Anaya siempre en el segundo sitio. Sorpresivamente el panista arrancó devorando a Antonio Meade. El candidato priísta que se creía le daría pelea a López Obrador resultó un tercer lugar opaco que no genera empatía, esto lo aprovechó Anaya para impulsar su imagen de candidato joven, a pesar de rozar los 40 años. Pero dentro de su equipo aún no lograr entender cómo es que el niño estudioso no alcanza al tabasqueño de cabello gris.

Cada día se diseña la estrategia para el amanecer siguiente. Anaya se ha vendido bajo varios títulos. Primero fue el candidato del futuro, representando a la tecnología; luego vinieron los ataques de la procuraduría por lavado de dinero y Anaya enfureció, vendiendo la imagen de candidato anticorrupción que habría de encarcelar al presidente de México. Ahora, con el tiempo encima, Anaya es al mismo tiempo el candidato inteligente que habla inglés y el candidato de la paz, que habrá de sanar una guerra que inició su partido hace doce años.

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