Comunidades purépechas se niegan a participar en las elecciones 2018
En el estado de Michoacán se encuentra un pueblo icónico para la lucha civil indígena. Se trata de Cherán, el primer municipio mexicano en correr a los partidos políticos e instaurar, a base de resistencia y organización civil, su propio autogobierno basado en usos y costumbres. La labor de Cherán se ha esparcido por las montañas de Michoacán.
Ahora, ocho pueblos más han anunciado que no permitirán la entrada de material electoral este próximo primero de julio. Y es que en Cherán, desde hace varios años, es costumbre que los días de elecciones sea un domingo cualquiera: no hay urnas, no hay casillas, no hay propaganda política ni tampoco expectativa por ver algún nuevo candidato en el poder.
Esto mismo planean las comunidades purhépechas de Cocucho, Aranza, San Felipe de los Herreros, Urapicho, Sevina, Zopoco, San Benito y el pueblo Santa Fe de la Laguna. Estas acciones forman parte de la inconformidad de Consejo Supremo Indígena instalado en la región. “Los partidos políticos dividen a la comunidad, no entregan la parte del presupuesto directo que como comunidad indígena les corresponde y nos discriminan políticamente”, aseguran en un comunicado.
El asunto va en serio. Lanzaron ya un comunicado completo en donde le alertan al Instituto Nacional Electoral (INE) y al árbitro electoral michoacano (IEM) que se ha decidido suspender totalmente las elecciones en estas comunidades. Avisaron y también dejaron en claro que están listos para defender su decisión, por lo que exigen que se respete su autonomía política.
#Cocucho NO permitirá la instalación de #casilllas #electorales, se une a Aranza, Zopoco, San Felipe de los Herreros, Urapicho y San Benito. #Elecciones2018 #Michoacán #JucháriUinapikua #Comunidades #Asamblea #Autonomia #PresupuestoDirecto pic.twitter.com/bwrVT9W79X
— COMUNA P'URHÉPECHA (@ComunaKeri) April 16, 2018
El último caso es de la comunidad indígena de Cocucho, famosa por su artesanía. Se convocó a los comuneros locales, representantes indígenas y autoridades policiacas para votar en contra de la instalación de casillas en la zona. Sus argumentos principales dicen que la política tradicional no los representa, ya que ninguno de los candidatos elegibles pertenece o ha pertenecido a esta comunidad.
Para lograr esta iniciativa que los separa del proceso electoral, se amparan en el artículo 2 constitucional, en donde se establece “el derecho de los pueblos y las comunidades indígenas a la libre determinación y en consecuencia a la autonomía”. Con esto, aseguran tener garantizado su derecho a elegir ellos mismos a sus autoridades, sin depender de fuerzas políticas y bajo un régimen de usos y costumbres, similar al de Cherán.
El INE ya encendió las alarmas por esta negativa y ya analizan colocar casillas en fronteras de pueblos cercanos a estas comunidades. Las intenciones del árbitro electoral es la de permitirle votar a quienes así lo deseen en la comunidad, además de actuar de manera rápida para evitar que esta tendencia tenga repercusión nacional, lo que afectaría gravemente al proceso electoral en Michoacán y el país.
Los representantes del Instituto Electoral de Michoacán no han querido acatar esta solicitud indígena y se esfuerzan en instalar el material electoral en estas comunidades. El consejero electoral, Urquiza Martínez, afirma que mantiene la intención de diálogo con los comuneros locales para que le permitan desarrollar el proceso electoral más costoso y competitivo de la historia de México en sus comunidades.