Las noticias en México están en manos de estas nueve familias | BREAKING

Las noticias en México están en manos de estas nueve familias

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En México claramente existe una crisis de libertad de prensa. Mientras asesinan a periodistas valientes por ejercer su labor, las familias mexicanas más poderosas dentro de los medios de comunicación continúan dependiendo de los millones de pesos que les da el gobierno de Enrique Peña. Un análisis de la revista Proceso lo sentencia: son nueve las familias que controlan la mayoría de noticias que llegan hasta ti y tu familia.

Esto es una constante en países con gobiernos liberales, la amalgama empresarial y su cercanía con políticos han hecho de ciertos empresarios los grandes controladores de la información diaria. Familias como la Azcárraga (Televisa), los Salinas Pliego (Tv Azteca), los Slim (América Móvil), la familia Ealy (El Universal), los Vargas (MVS y Dish), Madero-Romandía (Grupo Fórmula),  los Vázquez Raña (Excélsior y OEM), los González Albuerne (Milenio) y los Junco de la Vega (Reforma y El Norte).

Todos estos con alianzas claras con el gobierno de Enrique Peña Nieto. Algunas más, algunas otras menos pero todas reciben dinero de la publicidad oficial para insertar comerciales en pro del gobierno en sus radiodifusoras, televisoras, portales digitales, páginas de internet y periódicos impresos. Toda una maquinaria de dominio nacional.

Hay casos en donde el convenio con el poder deja de ser un trámite y pasa a ser una amistad con claros favoritismos. En el caso de Televisa, la empresa ha operado a favor de todo gobierno en turno desde su fundación; lo mismo sucede con Tv Azteca y la organización de medios impresos OEM. Sus lazos con el poder han hecho millonarios a sus dueños y han lesionado gravemente la información libre en México.

Aunque resaltan medios independientes del gobierno mexicano como Animal Político, Proceso, Aristegui Noticias y el New York Times en español, la mayoría de estos funciona a través de internet, cuando la mayoría de mexicanos se siguen enterando del panorama nacional a través de la televisión, la radio y el periódico impreso. Esto le ha dado un poder enorme a Televisa, Tv Azteca, El Universal, Excélsior y Milenio.

Lo cierto es que con la democratización que permite internet es mucho más fácil enterarse de abusos de poder como La Estafa Maestra, La Casa Blanca de Enrique Peña Nieto y las empresas fantasma de Javier Duarte. Si no fuera por estos medios independientes, difícilmente se hubieran conocido estos gravísimos casos de corrupción.

La alianza entre información de calidad y los medios al servicio del capital presidencial es notoria. La periodista Carmen Aristegui fue despedida de su noticiero radial en MVS días después de haber anunciado el tráfico de influencias entre el presidente y uno de sus constructores favoritos.

Que tan pocas familias controlan la información diaria en México es altamente preocupante. Su poder económico es aplastante y difícilmente los medios independientes pueden competirles en números, coberturas o alcances radiales o televisivos. El New York Times dio a conocer hace poco la noticia de que el gobierno mexicano invierte tanto en publicidad que ha conseguido influir en líneas editoriales de diarios importantes del país como El Universal y La Jornada, logrando impedir que se hable de temas que involucren al gabinete de Peña Nieto en escándalos de corrupción.

Sin embargo, los esfuerzos de los medios independientes se han impuesto a nivel internacional. En los últimos años el equipo de Aristegui Noticias se levantó con el Premio Nacional de Periodismo y más galardones que premian la libertad de prensa en el extranjero. También Animal Político se llevó este reconocimiento gracias a sus investigaciones sobre los desvíos millonarios de Javier Duarte, y se espera que repitan el galardón con su investigación de la Estafa Maestra.

En un país en donde más del 50% de la población se sigue nutriendo de información gracias a los noticieros clásicos, los diarios de antaño y las estaciones de radio patrocinadas por el gobierno mexicano, es difícil que se llegue a una verdadera democratización de los medios, en donde la información no esté comprometida, sea totalmente veraz y no se ponga en peligro la vida de quienes investigan a fondo.