El Partido Verde Ecologista en peligro de extinción | BREAKING

El Partido Verde Ecologista en peligro de extinción

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En 1993 el panorama electoral era totalmente gris. Los partidos políticos clásicos se repartían las posiciones de poder y difícilmente una fuerza política nueva entraría a desestabilizar el orden que imponían el PRI, PAN y PRD, en ese entonces de izquierda.

Se anunció entonces el registro definitivo del partido Verde Ecologista de México.

Con un tucán como escudo y un expriísta como presidente, el Verde empezó a aliarse con el partido conservador al punto de llegar a ser la cuarta fuerza política del país. Sin duda le fue bien al Verde al apoyar la candidatura de Vicente Fox y de Enrique Peña Nieto, pero después del 2012, el partido ha entrado en una crisis profunda.

Para lograr sobrevivir en estos años, han estado totalmente atados a los intereses del PRI en ambas cámaras. En cuestión electoral la cosa también es grave: solamente poseen una gubernatura en todo el país con Manuel Velasco, en Chiapas; además de que no tienen la fuerza suficiente para competir en soledad, por lo que se les conoce como el partido ideal para las coaliciones.


Un montón de errores

La debacle del partido ecologista tiene muchas explicaciones. En principio, su total sumisión a la agenda priísta; en segunda, su pérdida de valores: muchos de los candidatos del Verde rompen con la ideología ecologista al ser fanáticos de la tauromaquia o al iniciar leyes que dañan al ecosistema mexicano. Este cúmulo de anomalías ha encendido las alarmas en el partido que dirige la familia González Torres. Ahora pueden perder su registro ante su poca convocatoria.

Los resultados electorales que han tenido en las últimas elecciones mantiene al Verde en números rojos: la gente no los prefiere antes que a propuestas más novedosas como Movimiento Ciudadano o Morena. El número de votos es mínimo y los acerca a ese espectro numérico que los haría perder el registro si la militancia y el liderazgo del partido no se ponen de acuerdo.

Ese es el principal problema que mantiene el Verde, una crisis interna. Muchos de los exmiembros del Verde han decidido renunciar en masa gracias a la total sumisión del partido ante el PRI. Al final, son los priístas quienes deciden qué candidato representará al Verde en estados clave como Chiapas. El aún líder del Verde, Carlos Alberto Puente Salas, no ha sabido evitar la fuga de verde-ecologistas que se están afiliando a Morena, uno de los partidos rivales.

Números verdes, alertas rojas

Vámonos a los números. Gracias a las alianzas con el PRI a nivel nacional, el Verde se ha mantenido con vida sin iniciativa propia. La poca autonomía que perciben en Chiapas está cayendo, gracias a desacuerdos internos y eso les dejaría con una minoría de 47 representantes en la cámara de diputados y solamente nueve representantes en la cámara de senadores. En muchos estados, el Verde se está rebelando y planea ir en soledad por las contiendas locales. Esta «rebeldía» ante el PRI mantiene furioso al partido en el poder. 

Un partido político necesita recibir al menos el 1.1% de votos a nivel nacional para conservar su registro. El Verde difícilmente podría lograrlo, por lo que ha sobrevivido a base de coaliciones que contradicen sus orígenes. Meade es fanático taurino y los dirigentes del Verde dejaron pasar ese dato tan importante. Aún con esto, el Verde se mantiene y recibe más de 100 millones de pesos anuales simplemente por existir en coaliciones priístas. Su apuesta por Antonio Meade podría lesionarlos aún más, y es que el priísta no es el favorito en ninguna encuesta nacional, en donde apenas alcanza el tercer sitio.

Estos pocos votos, la crisis interna, las imposiciones del PRI y la salida masiva de militantes y representantes mantienen al partido Verde entre las cuerdas. El que fuera en algún momento un partido que defendiera los intereses de la biodiversidad mexicana parece próximo a desaparecer gracias a que se prefirió beneficiar a ciertos apellidos del partido antes que a los intereses generales que lo fundaron.