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En 10 años, 3 secretarios de Gobernación han sufrido accidentes aéreos

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Pareciera un dato irrelevante, pero en México los accidentes aéreos que involucran a políticos son más comunes de lo que parece. Una búsqueda rápida llama la atención: en ninguna otra parte del mundo se han accidentado tantas aeronaves con secretarios de gobernación como en nuestro país.

Con la reciente noticia del desplome del helicóptero oficial en donde viajó el actual secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, y el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, se suma un caso más de políticos afectados por accidentes aéreos. La misiva de estos dos mandatarios era la de supervisar los pueblos afectados por el fuerte sismo que se registró en el sur y centro del país alrededor de las cinco de la tarde.

Ambos se encuentran con vida, pero lamentablemente 13 personas que se encontraban en una camioneta murieron después de que la pesada aeronave militar les cayera prácticamente encima. Entre los muertos, señalan los primeros informes, se encuentran hombres, mujeres y niños. Las cifras aún no son definitivas.

Pero esta no es la primera vez que un secretario de gobierno está a punto de morir. Ya ha sucedido en el pasado en México: y con consecuencias mucho más trágicas. Era el cuarto día del mes de noviembre del 2008 cuando un pequeño avión ejecutivo se impactó trágicamente en una concurrida zona del norte de la capital mexicana. Dentro iba un hombre clave e importante para el gobierno, Juan Camilo Mouriño.

Se trataba del secretario de gobernación del entonces presidente Felipe Calderón. El accidente aéreo le quitó la vida también a catorce personas más. Muchas de ellas personajes claves de la política nacional panista y peatones que quedaron debajo de la nave. El caso resonó, ya que no solamente moría el secretario de gobernación en turno, Mouriño era un fuerte candidato presidencial para competir en 2012 en contra del actual presidente mexicano.

Al igual que con el tema Mouriño, el accidente ocurrido en Oaxaca refleja una crisis nacional. ¿Existe alguna falla en las aeronaves mexicanas o hay una inexperiencia de los pilotos encargados de la seguridad aérea de los gobernantes? Podría haber una respuesta definitiva, ya que, al menos en el caso de la muerte de Mouriño, las líneas de investigación oficial apuntaron a que la poca capacidad de los pilotos causó la tragedia.

En el caso de Oaxaca, el helicóptero militar cayó de una altura de cuarenta metros. Todo el impacto cayó de lleno en un vehículo lleno de civiles, los cuales murieron instantáneamente ante la magnitud del accidente. No hay aún datos oficiales de qué pasó en este accidente letal, tan solo se cuenta con algunas versiones y fotografías de lo sucedido.

Justo después del fallecimiento de Mouriño, el presidente Felipe Calderón nombró como nuevo secretario de gobernación a Fernando Gómez-Mont. Estuvo en el cargo un poco más de un año, cuando entró de relevo un hombre cercano al calderonismo: Francisco Blake Mora. Este último también habría de fallecer en un accidente aéreo.

Era una mañana del once de noviembre -el mismo mes que en el caso Mouriño- cuando el secretario de gobernación se dirigía en helicóptero también a la capital del país. Según la investigación, el piloto habría tenido un exceso de confianza al querer sortear un banco de niebla ubicado en las alturas de la localidad de Chalco. Fue ahí donde perdió el control de la aeronave y la tragedia se cobró la vida de Blake Mora y al menos siete personas más que lo acompañaban.

Con el accidente que involucró a Navarrete Prida, recién nombrado secretario de gobernación, se acrecienta el curioso número de accidentes a estos funcionarios en naves mexicanas. Todos sufrieron sus accidentes mientras realizaban sus labores. En este último caso, y por fortuna, no hubo muertos dentro de la aeronave. Lamentablemente cada accidente se ha cobrado la vida de decenas de personas.