El País exhibe las pésimas condiciones de vida de los campesinos mexicanos | BREAKING

El País exhibe las pésimas condiciones de vida de los campesinos mexicanos

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La economía mexicana no podría entenderse sin los alcances de su suelo. El campo mexicano es la columna vertebral de la producción nacional y la industria surte productos a prácticamente todo el mundo. Las ganancias de esta industria son millonarias, pero nada de eso se refleja en la vida de los campesinos mexicanos.

Una profunda investigación del periódico español El País nos muestra cinco grandes ejemplos de cómo el gobierno ha abandonado a las personas que sostienen la economía del país, realizando jornadas de hasta más de doce horas diarias y abandonándolos en la vejez. La reportera mexicana Zorayda Gallegos nos muestra cómo es que las instituciones se reparten el dinero de programas sociales en acuerdo con empresarios acaudalados, dejando de lado a los trabajadores del campo nacional.

Falta de apoyos y seguro médico, exposición a químicos peligrosos, pésimos salarios, acoso sexual y condiciones de vida lamentables en el panorama que viven miles de mexicanos que se levantan antes que el sol para impulsar una industria millonaria de la cual no participan como beneficiarios. La crítica principal se dirige a los programas sociales, sobre todo el polémico ProAgro. Este es un subsidio que debe llegar a los campesinos mexicanos pero que gracias a la burocracia termina en manos de ganaderos o empresarios millonarios.

Apoyos que no llegan

Las sumas de estos abusos son escandalosas. Tan solo en el mandato de Enrique Peña Nieto se han destinado más de 58,000 millones de pesos que iban destinados a mejorar las condiciones de vida de millones de campesinos mexicanos, además de mejorar la tecnología para facilitar sus trabajos. En cambio, y durante el trayecto de los recursos, la mayor parte de este dinero quedó en los bolsillos de ciertos funcionarios ligados a la secretaría de Agricultura.

Un claro ejemplo es el de Héctor Ortiz Ciscomani, quien fuera secretario de esta dependencia durante la presidencia de Felipe Calderón. Sus abusos y tráfico de influencias le generaron ganancias ilegales hasta por 32 mil millones de pesos. Recursos que debieron llegar a los campesinos más pobres y que Ciscomani repartió entre sus hijos, esposa, hermanos, sobrinos y hasta cuñadas. Las empresas de este ex secretario sonorense ganaron todos los subsidios posibles. Este es tan solo un ejemplo de la corrupción agraria en México que la periodista mexicana exhibe en la investigación general.

El mapa para entender el abuso

Zorayda Gallegos viajó a cinco puntos claves del campo mexicano para conocer personalmente a las personas que a diario sufren de abusos, maltratos y pésimos salarios en sus trabajos como jornaleros. Sonora, Jalisco, Sinaloa, Chihuahua y Baja California son las postales en donde la periodista sonorense pudo recabar información para evidenciar que a los gobiernos federales poco les ha importado la vida de sus campesinos. Sumidos en la pobreza y la enfermedad, no encuentran un panorama agradable con ningún cambio de gobierno.

México es un país que exporta productos de su campo a más de 150 naciones del planeta. Con ganancias cercanas a los 30 mil millones de dólares anuales, pareciera que vive en un oasis agrario. Pero la realidad es que en México existen jornaleros que fueron despedidos después de décadas de trabajo sin finiquito ni pensión, y que hoy en día salen temprano a recoger basura para poder mantenerse en condiciones de pobreza extrema. México continúan tratando a sus campesinos como si esto fuera la Edad Media, a pesar de que las distintas presidencias han afirmado que el impulso al campo sacará adelante a México, ninguna administración ha garantizado un incremento en las condiciones de vida de los trabajadores mexicanos.

“El gobierno los ha condenado a trabajar como esclavos, los ha expulsado de sus tierras y los ha desplazado de manera forzada a los campos agrícolas del norte del país (…) En estos lugares no importa su nombre, su origen, sus condiciones físicas, mucho menos sus derechos y su dignidad, lo que importa es que rindan, que generen riqueza, que le asegure un futuro lleno de confort a los empresarios”, reporta un informe citado por el medio español.

Esta gran investigación de Gallegos y El País es sin duda un gran aporte para conocer de cerca las omisiones del gobierno mexicano con sus ciudadanos del campo, un territorio sumamente importante y quizá el menos valorado de todos. Con salarios de entre 120 a 200 pesos al día, es correcto preguntarse ¿a dónde se van esos miles de millones de dólares en ganancias anuales? Una respuesta es segura, no llegan de vuelta al campo, ni a las personas que le dan vida día a día.

Lee completa la investigación Campo mexicano: desigualdad, explotación e impunidad.