Niños vendedores, el nuevo rostro de la explotación infantil en el Metro
De acuerdo con datos del Instituto Nacional del Estadística y Geografía (INEGI), en México trabajan día con día 3.6 millones de niñas, niños y adolescentes, cuya edades oscilan entre los cinco y los 17 años; de éstos, más de 80 mil viven en la Ciudad de México, siendo el Metro un lugar propicio para la explotación infantil.
Ante este panorama, la Secretaría de Desarrollo Social de la Ciudad de México (Sedeso), en conjunto con el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) solicitó a la Procuraduría General de la República (PGR) iniciar una carpeta de investigación por la explotación laboral que sufren niños y niñas menores de siete años que venden chicles, discos pirata o se acuestan sobre vidrios al interior del Sistema de Transporte Colectivo Metro.
Por su parte, el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, precisó que la ayuda a estos niños proviene del programa de «Niños y Niñas fuera de peligro personal» que puso en marcha la Sedeso capitalina, con el objetivo de ubicar a las personas que trabajan en la vía pública e instalaciones del Metro y llevan a sus pequeños con ellos.
“Se habla con el papá o la mamá con el objetivo de que permita que los menores sean trasladados a un albergue, donde se les brinda comida, atención médica, cuidados y actividades recreativas de manera gratuita, mientras ellos trabajan”, explicó el mandatario local.
En este sentido, el secretario de Desarrollo Social local, José Ramón Amieva informó que hasta el momento 68 niños y niñas ya han sido ayudados, por lo que se trasladan todas las mañanas al Centro de Asistencia e Integración Social (CAIS) Coruña, donde reciben educación gratuita, alimentos y cuidados; mientras sus padres se encuentran trabajando.
Al finalizar la jornada, los niños son trasladados a las instalaciones donde laboran sus padres o, en su defecto, éstos pasan a recogerlos al centro.
El funcionario también comentó que se han realizado diversos recorridos por las líneas 3, 5, 7, 8, 9 y 12 del Metro, donde fueron localizados 12 menores realizando labores poco aptas para su edad; de estos casos, cinco menores ya se encuentra en el centro, mientras que los padres de los restantes se opusieron a inscribir a sus hijos al centro, por lo que se investiga una posible explotación laboral.
Vale resaltar que este proceso no pone en riesgo la patria potestad de los padres hacia los menores, pues no implica ninguna acción jurídica y por ende, se trata de un acto voluntario tanto de los padres, como de los niños.
