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La muerte en México huele a balas estadounidenses

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La violencia en México genera récords cada año. El 2017 fue el año más mortífero para los mexicanos y las cifras, lamentablemente, parecen no descender. Mucha de esta violencia es armada y no es novedad leer noticias o primeras planas mostrando asesinatos con armas largas o de uso exclusivo del ejército. En un país donde los civiles no pueden estar armados, ¿cómo es que se mata tanto a balazos?

En principio, los crímenes en este país relacionados con armas largas revelan un dato sorprendente: la mayoría de los rifles utilizados para matar en México fueron comprados legalmente en Estados Unidos. Esta información es valiosa, ya que demuestra que nuestro vecino del norte ejerce una influencia en la violencia nacional.

No hay que olvidar que México lleva más de una década en medio de una guerra entre autoridades y delincuentes ligados al narcotráfico. En medio de esta batalla, cientos de miles de mexicanos han muerto en fuegos cruzados o en enfrentamiento relacionados con la “guerra contra el narco”.

¿De dónde provienen estas armas?

Principalmente de estados sureños de la unión americana. Particularmente de Texas, California y Arizona. Lo que significa que la influencia de Estados Unidos en las muertes mexicanas por arma de fuego es “devastadora”, según un contundente análisis del Center for American Progress.

Los datos de este centro confirman que al menos 106 mil armas estadounidenses están ligadas a crímenes en México. En un país que restringe a sus ciudadanos la portación de armas de fuego, ¿cómo es que abunda tanta arma de Estados Unidos? La respuesta es tan lógica como ilegal: por contrabando. Se ha comprobado que la venta de armas en Estados Unidos afecta y determina la violencia en países vecinos.

En México murieron violentamente al menos 30 mil personas durante 2017. Se trata de una cifra récord para este país, que no vivía tanta violencia desmedida desde la revolución mexicana, allá por 1910. Según datos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), en los últimos 15 años se han vendido 95 mil armas para que civiles protejan sus casas en nuestro país. Todo mediante trámites difíciles. En Estados Unidos sólo se requiere tener 21 años, presentar la licencia de conducir y llenar un formulario.

La venta de armas a civiles es un derecho que tienen los estadounidenses y es también un tema controversial en ese país. Los constantes tiroteos y masacres en lugares públicos han alarmado a los representantes, civiles y políticos de Estados Unidos, por lo que se ha solicitado una reforma para controlar la venta de armas. No ha habido mucho avance.

Un infierno de pólvora extranjera

Regresando a la violencia mexicana, el 66% de las muertes violentas en 2017 estuvieron ligadas a armas. Balas, cartuchos, casquillos y pólvora, esta es la nueva tendencia para dar muerte en México. Las cifras no son alentadoras, en este país se mata más y se mata con mejores armas. En 1997, los homicidios con arma de fuego en México apenas rebasaban el 14%.

Para el Center for American Progress, lo que Estados Unidos está haciendo con su enorme fabricación de armas es “exportar la violencia” a países más pobres y con un sistema armamentístico mucho más comprimido. Esto genera que, gracias al contrabando, que civiles sin adiestramiento ni control psicológico puedan acceder a armas largas. Armas que en México son de uso exclusivo del ejército.

Intentos débiles por parar esto

El gobierno de Estados Unidos planeó el que podría ser el plan más torpe para lograr localizar criminales en México. Se trata de la operación Rápido y Furioso, en donde se dejó entrar miles de armas ilegales a México en la ruta del contrabando tradicional para intentar rastrear a los criminales que se hicieran con ellas.

El resultado fue desastroso, si bien no se pudo rastrear el total de armas, tampoco se pudo evitar que el poder de estas estuviera ligados a cientos de asesinatos en México. Las detenciones resultantes del operativo fueron mínimas y poco trascendentes, por lo que mucho del crimen ligado a armas estadounidenses en nuestro país está relacionado con este proyecto fallido en la era de Felipe Calderón.

Se puede concluir, entonces, que la violencia en México tiene un gran soporte en la industria de armas estadounidense. ¿Cuántas muertes se pudieron haber evitado? Sin duda, miles. La realidad mexicana es que ven hombres armados dejó de ser algo extraño en un país en donde los militares se encuentran en cada calle, cumpliendo las funciones de la policía federal. Esta confusión está generando que no solamente 2017 sea un año clave para ver el poder de la violencia en México, sino también puede augurar que los años siguientes sean igual o aún más mortiferos. Mucha de esa violencia estará ligada a balas estadounidenses.