Jornaleros mexicanos olvidados, se enferman en los campos por plaguicidas | BREAKING

Jornaleros mexicanos olvidados, se enferman en los campos por plaguicidas

- Por

Los jornaleros sinaloenses son los más vulnerables a padecer enfermedades durante el desempeño de sus trabajos, gracias al uso de plaguicidas por parte de las corporaciones que los contratan. Entre las enfermedades que ya padecen están: leucemia, cáncer, e incluso malformaciones en recién nacidos y retraso mental.

Flora, una joven de 31 años originaria de Guerrero, pero que trabaja cosechando jitomate en los campos agrícolas de Sinaloa, relata para Zorayda Gallegos, en su reportaje en cinco partes sobre el campo mexicano que publica El País, la muerte reciente de su hija a causa de una malformación genética. Al momento de nacer, la niña tenía la cabeza muy grande; Flora no sabe muy bien por qué. La niña murió a los pocos días de nacida.

Aunque no conoce muy bien las causas de la malformación ni el nombre del mal con el que su hija nació, Flora intuye que es a causa de los plaguicidas que la bañan mientras trabaja: “yo recogía el tomate, pero avionetas pasaban todo el día rociando químicos, y el aire hacía que nos bañáramos de eso”, describe Flora.

El reportaje de El País, dividido en cinco partes, es un feroz retrato de las condiciones en que jornaleros de cinco estados de nuestro país tienen que trabajar: entre miseria y sin servicios básicos; el olvido de la vejez, sin prestaciones de ley y en constante peligro de muerte. Las grandes corporaciones por otro lado, se han beneficiado de subsidios federales y estatales: han obtenido por años ganancias millonarias que no se han reflejado en una mejora en las condiciones laborales de los campesinos.

Específicamente en Sinaloa, hay un peligro latente para ellos: es la entidad que ha presentado más anomalías e irregularidades en el uso de plaguicidas y químicos: el reportaje rescata un estudio realizado por el toxicólogo egresado de la Universidad Autónoma de Sinaloa, José Guillermo Galindo Reyes, que destaca la existencia de un mercado negro de plaguicidas en el estado: “están involucradas diversas autoridades; en primer lugar las de la aduana que permiten la importación de estos productos, ya que aquí en Sinaloa se utilizan plaguicidas que están prohibidos en otros países”.

Galindo Reyes, entre 2008 y 2014, tomó muestras de los suelos de campos agrícolas del estado, y tomó muestras de sangre y orina a los campesinos: los mismos químicos que había en la tierra, los había en la sangre y orina de los jornaleros.

A fuerza de inhalar estas sustancias, los campesinos empiezan a intoxicarse, muchas veces sin darse cuenta, hasta que la intoxicación es muy severa y presentan vómitos, dolores de cabeza vértigo y temblores; eso las personas expuestas por breves periodos de tiempo; aquellos que han estado así por años: “presentan enfermedades más serias, desde leucemias, daños al hígado, cáncer, alteraciones congénitas, sus hijos pueden tener malformaciones o algún tipo de deficiencia mental”, menciona Galindo Reyes.

En octubre del pasado año, Maricarmen Martínez Valenzuela, integrante del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt, resaltó durante un foro en Sinaloa, que el estado ocupa el octavo lugar en incidencia de leucemia: cada año, por cada 100,000 habitantes, mueren cuatro por esta enfermedad.

A nivel institucional, un operativo conjunto realizado por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) y por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris)​, reveló que Sinaloa es la entidad en donde más irregularidades de presentaron: las autoridades realizaron 122 recorridos por los campos durante ese año, y encontraron 3,680 fallas. La compañía con más fallas fue Ceuta Produce.

Fuente: El País

Pero los señalamientos a esta compañía no son para nada nuevos: tienen al menos dos décadas operando en las mismas condiciones. En 2001 la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) informó a la STPS las condiciones que imperaban en los campos de Ceuta Produce: al menos 200 trabajadores de Veracruz habían sido contratados bajo promesa de condiciones que nunca se les brindaron: sus jornadas laborales eran de 12 a 14 horas, y con muy bajos salarios, los obligaban a comprar insumos en tiendas de raya del campo, a precios muy altos.

Diez años después, en 2011, según describe la periodista Gallegos en su reportaje, denunciaron de nueva cuenta a Ceuta Produce por no inscribir a sus trabajadores en el Seguro Social. Pese a ello, Ceuta Produce parece tener un halo de impunidad.

En 2013 la STPS visitó cada uno de los campos de la compañía, y encontró más de 100 irregularidades en conjunto; producto de esto, los inspectores de la Secretaría ordenaron prohibir la contratación de mujeres embarazadas y lactantes, inscribir a todos los ya contratados en el Seguro Social, y realizar periódicamente a los trabajadores exámenes médicos, además de ofrecer equipo de protección contra plaguicidas a jornaleros.

Fuente: El País

Un año después la Secretaría envió un oficio a la compañía, en donde determinaba “la existencia de condiciones que no se ajustan a los ordenamientos legales en la materia, lo que impide garantizar la salud y la vida de los trabajadores”. La STPS le dio a Ceuta Produce un plazo para corregir sus señalamientos, so pena de multa.

Durante los siguientes dos años la Secretaría siguió de cerca las actividades de Ceuta, y encontró que además no repartía utilidades entre sus trabajadores, ni tampoco los inscribían en el fondo para la vivienda. Todas estas faltas le valieron a Ceuta en 2016 una multa de medio millón de pesos…

Ni Ceuta ni todas las compañías multadas por estas razones ha pagado jamás un solo peso de ellas. Ceuta, en particular, logró la anulación de su multa tras un amparo que el Tribunal Superior de Justicia Administrativa falló a su favor.

https://twitter.com/MinutoChiapas/status/957041020600012800

Lo mismo han hecho todas las demás compañías: tras una solicitud de información, destaca el reportaje, la STPS dijo que, del total de multas giradas en la materia, entre 2006 y 2017, que alcanzaron un total de 14,8 millones de pesos, el 97% de ellas fueron anuladas con procedimientos legales parecidos al de Ceuta, y el resto “fueron enviadas para su cobro desde 2009, pero el saldo no ha sido cubierto”.

Así pasan su vida los jornaleros en Sinaloa: entre químicos, plaguicidas, jornadas extenuantes y sin garantías laborales. Don Everardo, uno de los entrevistados por Gallegos, relata en el reportaje que no tiene seguro social; al menos no uno permanente… y que aunque esté revolcándose del dolor tiene que ir a trabajar, de lo contrario le descuentan el día.

Con 52 años, don Everardo trabaja precisamente en uno de los campos de Ceuta Produce: nunca le han realizado un examen médico para valorar las consecuencias en su cuerpo de los químicos que inhala todos los días, ni tiene equipo que lo proteja de los mismos.