Familia López Girón: 6 años desplazados de su hogar desde que 50 hombres armados los echaron | BREAKING

Familia López Girón: 6 años desplazados de su hogar desde que 50 hombres armados los echaron

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Era 4 de diciembre del 2011, en la comunidad de Tseltal de Banavil, municipio de Tenejapa, en los Altos de Chiapas, lugar donde la familia López Girón tenía su hogar, en aquella mañana todos se preparaban para desayunar, cuando por un instante se vieron sorprendidos por 50 personas armadas que rodearon su casa.

Once de esas personas entraron y fueron directo en contra de Alonso López Luna, a quien llevaron al patio de la casa, donde la familia solía secar su café y su maíz.

De acuerdo con el testimonio de su esposa, Antonia Girón López, Alonso fue arrastrado desde la cocina hasta el patio, donde quedó inconsciente mientras que decenas de personas lo golpeaban. En tanto que su hija Petrona López Girón asegura que también había mujeres que acompañaban a los agresores, quienes portaban armas de fuego y palos.

Todo el alboroto que imperaba en el lugar alertó a Lorenzo López; hijo Alonso y Antonia, quien recuerda escuchar los golpes y los gritos, fue armado con un garrote, con el que pensaba podía proteger a su familia, y al llegar al patio vio a su padre tirado en el piso, inmóvil, mientras era golpeado a patadas, con palos y con la culata de un rifle.

Si embargo, Lorenzo no pudo hacer nada, ya que, al intentar ayudar a su padre, recibió dos impactos de bala calibre 22, uno en el hombro derecho y el otro en la ingle, lo cual lo dejaría inconsciente, pero recuerda que momentos antes pudo reconocer a varios de los agresores, entre ellos a Alonso López Ramírez, un líder comunal señalado de paramilitar, pero quien hoy en día esta preso.

Lorenzo fue llevado en ambulancia al Hospital de las Culturas, ubicado en San Cristóbal de las Casas. En tanto que, algunos miembros de su familia se resguardaron en el bosque, y al momento que terminó la agresión vieron como el grupo de atacantes se llevaban a Alonso a la escuela de la comunidad, nunca supieron si estaba vivo o muerto, pues después del hecho, nunca lo volvieron a saber de él, tampoco vieron su cuerpo.

Ante esto, en el año 2015 el Centro de Derechos Humanos Fran Bartolomé de las Casas (Frayba), aseguró que el grupo de agresores, son paramilitares al servicio del Partido Revolucionario Institucional (PRI), mientras que lo agredidos son “simpatizantes” del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), y el motivo del conflicto se debe a una disputa territorial.

Mientras que la Fiscalía de Chiapas detuvo a Francisco Santiz López Base, vecino de la familia, quien de acuerdo con Jaime Narváez; abogado de la familia López Girón, él no se encontraba en el momento que se dio la agresión, estaba en su tienda en otra comunidad, pero es Base a Apoyo del EZLN, y fue liberado un año después.

Aunado a esto, y de acuerdo con el expediente 77/2010, la fiscalía chiapaneca tiene hasta el día de hoy, una orden de aprensión en contra de Alonso López por haber cometido supuestas agresiones, el mismo 4 de diciembre cuando se dio él y su familia fueron violentados dentro y fuera de su hogar.

Pero de Alonso López no se sabe nada desde ese día, pues los agresores nunca dijeron si lo había dejado con vida, o si estaba muerto, dónde estaba el cuerpo. Hasta el hoy en día López Luna se encuentra en calidad de desaparecido.

El comienzo del desplazamiento forzado

Desde entonces la vida de la familia López Girón cambió completamente, y fue así como comenzó su desplazamiento forzado. Ahora viven en un predio donde tuvieron que levantar sus casas, la colonia que se encuentra a las afueras de San Cristóbal.

De su antigua casa ya no queda nada, solo un mural que describía sus días de aquellos tiempos, ahora solo queda el recuerdo y el sufrimiento de la agresión de hace 6 años.

Foto: Colección Rostros del Despojo.

En dicho lugar también habitan otras familias que también han sido forzadas a desplazarse, algunas llevan ahí desde el año de 1994 cuando estalló el conflicto armado entre el EZLN y el gobierno de México.

Y cuando Lorenzo López después de 5 día de estar convaleciente, salió del hospital fue aprendido y acusado por la muerte de Pedro Méndez López, quien también murió a causa de impactos de bala, durante la agresión del 4 de diciembre. Dicho señalamiento le costó estar casi tres meses encarcelado.

En ese momento eran 13 los integrantes de la familia, ahora son 21, pero los problemas no culminaron ahí, pues se tuvieron que enfrentar a otro idioma, a otra sociedad y a otro sistema económico.

Familia López Girón

Ahora todo tiene un costo monetario, ellos tenían otro estilo de vida, ahora eso se han convertido en una batalla diaria por conseguir dinero, y sus esfuerzos apenas les alcanza para conseguir una olla para cocinar.

Tampoco tienen acceso a la salud, ni a la educación, y se sienten abandonados y olvidados por el gobierno, de quienes nunca han recibido alguna ayuda.

Y el 23 de febrero del 2015, la familia sufrió el deceso de la hija de Lorenzo, Antonia López Méndez, quien a los 11 años murió a causa de un edema cerebral, según constató el parte médico.

En el 2011 la ONU, junto con el Centro de Documentación sobre el Desplazamiento Forzado Interno en México, estimaban que en el estado de Chiapas habían más de 30 mil casos de personas que habían sido desplazadas.

Siendo los municipios de Chenalhó y Chalchihuitán los lugares donde mayor tensión se han centrado. Mismos en los que previo a la agresión cometida en contra de la familia López Girón, ya se habían presentado otros casos similares, de los cuales había denuncias interpuestas ante la fiscalía del estado, pero que nunca fueron atendidas.

En los últimos años la Unicef ha registrado entre 4 mil y 5 mil personas desplazadas, número que de acuerdo con la organización, la mitad corresponde a niños, quienes se encuentran vulnerables ante las bajas temperaturas y una mala alimentación.

De acuerdo con la ONU, las personas que son consideras como “desplazadas”, se refiere a aquellas que huyen de sus hogares a consecuencia de guerras civiles. Y deberían ser atendidas por sus gobiernos locales, así como de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, más si el conflicto vulnera directamente sus derechos humanos.

Leer la investigación completa en Animal Político


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