Beltrones, la cabeza detrás del saqueo millonario para beneficiar al PRI: NYT | BREAKING

Beltrones, la cabeza detrás del saqueo millonario para beneficiar al PRI: NYT

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Alejandro Gutiérrez es el nombre clave para entender toda una trama de corrupción que apunta a las principales figuras del gobierno mexicano. Fueron decenas de millones de dólares del dinero público que pasaron directo a las cuentas del priísmo para impulsar a sus candidatos hace menos poco más de un año.

El periódico estadounidense The New York Times se ha lanzado por completo a cubrir esta trama que, gracias a los esfuerzos del periodista mexicano Jesús Esquivel y el periodista Azam Ahmed, ha revelado que tanto el exlíder nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, como el exgobernador de Chihuahua, César Duarte, planearon e hicieron funcionar estos desvíos millonarios.

La organización de este robo se resume de la siguiente manera: la secretaria de Hacienda y Crédito Público cedió 12 millones de dólares a programas educativos en estados donde, sospechosamente, se celebrarían elecciones. Al recibir este dinero, los estados seleccionados lavaron todo el dinero y lo enviaron cómodamente y en efectivo a las arcas del PRI para usarlo como presupuestos de campaña.

Todo apunta a un hombre en específico: Manlio Fabio Beltrones, amigo cercano y colaborador del presidente Enrique Peña Nieto. Y cae en el peor momento, a semanas de que el partido en el poder presentara a Antonio Meade como candidato “ciudadano” a la presidencia, el PRI buscaba sanar su pésima imagen en las preferencias electorales. Este escándalo señala también a los principales líderes del PRI y secretarios del gabinete peñista termina por hundir al partido en una crisis de desconfianza a siete meses de que los mexicanos elijan a su próximo presidente.

Videgaray, nombre clave

Pero para que toda esta operación funcionara adecuadamente deberían contar con un gran aliada en la secretaría de Hacienda. Y así lo hicieron, otro hombre cercano al presidente y todavía trabajador de su gabinete, Luis Videgaray, entonces director de Hacienda, facilitó el envío de estos recursos que luego serían lavados y puestos a disposición del PRI en estados clave como Chihuahua, Tamaulipas y Veracruz.

Es decir, dos personajes importantes del PRI han sido acusados de operar una de las mayores tramas de corrupción del sexenio. Ambos continúan con cargos importantes en el gobierno peñista y en el partido, y, hasta hace unos meses, abogaban por consolidar un proyecto en donde “el nuevo PRI” habría de imponerse a las adversidades y los escándalos.

No funcionaron las cosas

A pesar de que todo salió bien en el plan y que el PRI contaba con 12 millones de dólares  extras (más de 234 millones de pesos mexicanos) para garantizar la victoria electoral en las gubernaturas de estos tres estados, no ganaron en ninguna. La campaña para terminar con la corrupción en estos estados pudo más que el dinero lavado. Los veracruzanos, tamaulipecos y chihuahuenses optaron por otras propuestas, siempre y cuando no fuera el PRI.

Debido a que se perdió en estos territorios clave, Manlio Fabio Beltrones fue cesado como director del priísmo nacional en 2016, después de una de las campañas estatales más desastrosas del sexenio. Lo que podría haberse convertido en un impulso partidista de cara a las elecciones presidenciales, concluyó en un debilitamiento masivo de la credibilidad del PRI.

El operador que lo contó todo

Es aquí en donde Alejandro Gutiérrez cobra protagonismo. Gracias a su declaración se sabe que desde la capital del país, Hacienda autorizó por completo el envío de recursos y que él, como operador cercano a Beltrones, vigiló que los millones de pesos fueran transferidos correctamente al PRI.

Todo se hizo a través de empresas fantasmas (una operación favorita del priísmo), supervisadas por Gutiérrez y su propio hijo. Ahora, Gutiérrez está detenido y está hablando constantemente sobre estas operaciones como testigo protegido en lo que parece el gran acierto en lo que lleva Javier Corral como gobernador de Chihuahua. Ahora, tanto Peña como Meade han guardado silencio sobre el tema. Las únicas declaraciones al respecto comentan que es un asunto propio de los estados y que no afectará al priísmo nacional, mencionó tímidamente Meade, antes de que cayera el principal delator.

Por el momento, se sigue investigando, ya que puede haber más personajes del gobierno mexicano involucrados. Debido a la rapidez con la que estos robos millonarios fueron distribuidos, la auditoría está encontrando cada vez más errores y huecos en los contratos, evidenciando más esta estrategia en donde, descaradamente, el PRI absorbió millones destinados a la educación para perder tres gubernaturas claves.

Mira la nota original del New York Times (en ingles).