Lo que callan los policías en Mexico: malos salarios, tortura y abusos | BREAKING

Lo que callan los policías en Mexico: malos salarios, tortura y abusos

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Los policías mexicanos tenían la misión de resolver el crimen, la inseguridad y de garantizar una vida tranquila a la sociedad. Pero la realidad es que miles de elementos de seguridad en este país terminan siendo discriminados, menospreciados, violentados o adquiriendo responsabilidades que no les corresponden, como recoger basura, destapar coladeras… todo esto bajo un esquema de salarios miserables.

Así es la vida de los policías mexicanos desde adentro. Llena de abusos y vejaciones por parte de sus superiores, y siempre bajo el mandato del silencio absoluto y la participación en cualquier tarea que se les asigne, por ridícula que parezca. Un estudio reciente ha demostrado que ser policía en México es más un peligro que una garantía.

Ganan muy poco, no reciben ascensos y en el camino para mantener a sus familias sufren de agresiones y hasta abusos sexuales dentro de las academias. Esta realidad contrasta con las recientes declaraciones del presidente de México, Enrique Peña, quien asegura que la mala calidad de policías en este país se debe a que la sociedad los critica, disminuye y les hace bullying. La realidad es que la policía mexicana sí enfrenta un grave acoso y discriminación, pero esto sucede dentro de sus planteles.

Tan sólo el 15% de los elementos encuestados perciben un salario superior a los 15 mil pesos mensuales, y se trata de jefes, comandantes, entre otros cargos. Un 45% se conforma con ganar menos de 10 mil pesos al mes. El resto oscila ganancias económicas mensuales entre 10 mil y 15 mil pesos. Con esto tienen que salir diario a jugarse la vida y mantener a sus familias.

Manejan armas, combaten criminales, detienen a ladrones y personas violentas, y aún así, el 89% asegura que no han recibido ningún reconocimiento o bono por su labor en las difíciles calles del país. Si quieren mantenerse aptos para sus labores, ellos mismos tienen que pagar su uniforme y botas, además de tener que realizar encargos personales de sus patrones, como trasladar a sus familiares o participar en mítines políticos, incluso a algunos se les ha exigido votar por determinado candidato.

El 2017 está llamado a ser el año más violento en la historia de México, los niveles de inseguridad están a la alza y el propio presidente ha admitido el fallo de su gobierno para controlar la inseguridad en México. Mientras la policía debería estar combatiendo al crimen y garantizando la paz, los mantienen recogiendo basura, vigilando manifestaciones pacíficas o cuidando los eventos privados de los directivos. Incluso la Gendarmería Nacional, anunciada como la solución para los territorios de extrema violencia en el país, se encuentra totalmente inactiva.

Lo verdaderamente preocupante es el trato que se les da dentro de su espacio de trabajo. Para ser el elemento nacional encargado de vigilar la seguridad, los planteles policiacos son bastante inseguros. El 16% de los policías encuestados admitió haber sufrido algún tipo de abuso sexual durante su carrera policiaca. Además, un 15% ha reportado golpes, amenazas y abusos físicos dentro de su jornada laboral.

Estas cifras son realmente preocupantes. Si bien el país vive una crisis de inseguridad, los elementos policiacos, que al final son mexicanos comunes, también sufren desde adentro de los planteles, lo que les perjudica su labor diaria en las calles. Si además del acoso, abuso y las pésimas condiciones laborales, se les obliga a hacer labores de limpieza o a gastar de su salario para comprar sus uniformes, estamos hablando de un rompimiento totalmente interno en la impartición de justicia en México.

Sí hay bullying para los policías mexicanos, y se ejerce desde adentro de sus planteles.

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