Criminal de guerra croata se suicida tomando veneno en plena corte de las Naciones Unidas | BREAKING

Criminal de guerra croata se suicida tomando veneno en plena corte de las Naciones Unidas

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Esta mañana, y tras recibir una sentencia de 20 años de cárcel por crímenes de guerra, Slobodan Praljak, antiguo general en la guerra de Bosnia, se suicidó con un trago de veneno en plena corte de las Naciones Unidas, en La Haya. “¡Praljak no es criminal!”, gritó el enjuiciado, y acercó una pequeña botella de vidrio marrón a sus labios, y tomó. “He ingerido veneno”, dijo: “no soy un criminal, y me opongo a este veredicto”.

Tras la impresión, el juez Carmel Agius, ordenó inmediatamente el cese de las actividades, y el cierre de las cortinas para el público; los cuerpos médicos ingresaron poco después a la sala, donde Praljak yacía en el suelo, y le brindaron los primeros auxilios. En cuestión de minutos, una ambulancia llegó por el enjuiciado para ser trasladado al hospital, mientras un helicóptero custodiaba el espacio aéreo.

Trabajadores de la corte contuvieron la emergencia, y dejaron saber que Praljak ya estaba recibiendo todos los cuidados médicos, no obstante, horas después, el primer ministro de Croacia, Andrej Plenković confirmó la muerte del ex general, y ofreció sus condolencias a la familia. La policía holandesa ha declarado a la sala de la corte, donde se llevaba a cabo el juicio, como una escena criminal.

El juicio de Slobodan Praljak se da en el marco de otros cinco procesos que la Corte Internacional de La Haya lleva a cabo en contra de líderes policíacos y militares bosnio-croatas, por crímenes cometidos en la sangrienta guerra que partió a Yugoslavia a principios de la década de los noventa.

A Praljak se le imputaba haber ordenado la destrucción del emblemático puente de Mostar (que data del siglo XVI), en Yugoslavia, en noviembre de 1993; misma, dijeron los jueces, había causado daños inconcebibles y desproporcionados a la población musulmana civil de la región.

Aunque el puente fue reconstruido después (en 2005 fue declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad), y los jueces, durante los ejercicios, aceptaron que el puente había sido un blanco de guerra legítimo durante el conflicto, se negaron a reducir la sentencia de Praljak, ya que sus acciones habían contribuido a la destrucción del 80% de toda la región este de Yugoslavia, y habían enfrentado ferozmente a musulmanes y croatas.

El caso de Praljak había sido seguido de forma activa a través de la televisión, en donde los jueces habían sostenido que los cinco líderes militares arrestados habían tomado parte en el extermino de musulmanes bosnios, y habían cometido “serios y numerosos crímenes contra la humanidad”.

Además de Praljak, los procesos en La Haya contra estos seis líderes han sentenciado a Jadranko Prlić, el antiguo primer ministro del microestado Bosnio-Croata, a 25 años de prisión; y a Bruno Stojić, el antiguo primer ministro de defensa del mismo, a 20 años de cárcel. Los otros tres líderes: Milivoj Petković, de 68 años; Valentin Corić, de 61; y Berislav Pušić, de 65, permanecen sin sentencia.

La sangrienta guerra que tuvo lugar en Yugoslavia entre 1992 y 1995 mató a más de 100,000 personas y desplazó a otros dos millones, principalmente musulmanes bosnios y bosnios serbios; pero también enfrentó de manera brutal a musulmanes contra croatas.

El micro estado Bosnio-Croata, apoyado por el nacionalista croata Franjo Tudjman, fue desmantelado en 1996 de acuerdo a los tratados de paz firmados entonces, y que terminaron la guerra. Después de que los principales líderes y políticos de este murieran entre el 97 y el 2000, los oficiales del rango siguiente empezaron a ser perseguidos por la ley internacional.

El suicido de Praljak recuerda al de Hermann Göring, mariscal del Tercer Reich, durante los juicios de Nuremberg, en 1946. Göring tomó una pastilla de cianuro en la víspera de su ejecución, tras ser condenado a la horca durante los procesos.

Al respecto de la muerte de Praljak, Nick Kaufman, uno de los abogados que participaron en los juicios, dijo: “Cuando se les priva del poder y la autoridad sobre las masas, que alimentaron su ego durante años, este tipo de líderes pueden volverse extremos con el poco poder que les resta”.